México, 5 Nov (Notimex).- La hipertensión arterial y la diabetes son las dos principales causas de la enfermedad o insuficiencia renal crónica (ERC). La adecuada nutrición de los pacientes es un factor importante para mejorar el pronóstico y retrasar la progresión del daño a los riñones.
Este padecimiento consiste en la pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo; en etapa final, los riñones ya no tienen la capacidad de eliminar suficientes desechos y el exceso de líquido del cuerpo.
En ese momento, se necesitará diálisis o un trasplante de riñón para seguir viviendo, por lo cual una buena nutrición es uno de los pilares en el tratamiento de esta enfermedad. En la mayoría de los casos, es indispensable modificar la dieta, dependiendo del estado en que se encuentre el paciente.
Una dieta inapropiada, con exceso de líquidos y alimentos con alto contenido de sodio, puede aumentar las complicaciones y conducir a un deterioro progresivo de los riñones.
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo de susceptibilidad y progresión de la enfermedad, particularmente en las mujeres, comentó en entrevista la nutrióloga Amayali Tovar Romero.
En individuos con enfermedad renal crónica se recomienda mantener un peso corporal normal y evitar los productos que puedan complicar su condición de salud, sobre todo si se tiene alguna comorbilidad como hipertensión o diabetes, entre otras.
La restricción de sal es particularmente importante en pacientes con hipertensión arterial y con proteinuria (presencia de proteínas en la orina), así como evitar productos con alto contenido en sodio (salchichonería, enlatados, botanas y frituras, consomés en polvo, entre otros).
El consumo moderado de proteínas (leche, huevo, pollo, pescado, queso, etcétera), puede ser útil en pacientes con ERC. En personas con diabetes, el control estricto de su glucosa es indispensable para evitar la progresión de la enfermedad.
Es común que el paciente con insuficiencia renal crónica curse con elevación del colesterol y triglicéridos, por lo tanto, es aconsejable que evite consumir carnes rojas como la de res, carne de cerdo, vísceras, mariscos y grasa en exceso.
«En etapas avanzadas de daño renal hay que evitar por completo consumir, leguminosas (frijol, lenteja, haba) oleaginosas (cacahuates, nueces, pistaches), cereales integrales incluyendo avena, amaranto, pan integral, por su alto contenido en fósforo y potasio», señaló la especialista.
La mayoría de pacientes con función renal disminuida no son identificados de manera temprana debido a una evaluación incompleta y, por lo tanto, raramente son tratados en forma adecuada para impedir la progresión de la enfermedad renal a etapas avanzadas.