Shalma Castillo.-
Cd. Victoria, Tam.- …“Yo… yo siempre supe que iba a ser médico”…
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con especialidad en Centro Médico Nacional desde 1965… llega a Victoria en 1970.
Cargado de ilusiones, con toda su vida por delante, oriundo de Hidalgo, Tamaulipas, Francisco Javier Hernández Ayala inició así su camino en el terreno profesional de la medicina pediátrica.
Fundador de las primeras salas de pediatría en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), después de la del Hospital Civil y posteriormente de la del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) en la Capital de Tamaulipas.
De allá a la fecha… no ha faltado al Juramento de Hipócrates.
Ese juramento público que pueden pronunciar los que se gradúan en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la práctica de su oficio. Con él siempre presente… ha atendido a varias generaciones de tamaulipecos.
Graduado de la primera generación de pediatras universitarios de este país, platica cómo ha evolucionado la medicina en nuestra ciudad.
Recuerda que cuando llega a la Capital del Estado la Secretaría de Salud únicamente contaba con el Hospital Civil, y ya tiempo después con el Infantil y el General.
A últimas fechas el Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE), lo cual considera un gran avance en el ramo de la medicina y salud pública.
Además un gran beneficio para quienes han estudiado medicina y para los que desean hacerlo.
“Antes si querías estudiar medicina o hacer una especialidad tenías que salir fuera del estado, no era nada fácil, ahora tenemos hospitales escuela”.
En sus 52 años de realizar lo que más le apasiona, dice que los cambios tecnológicos han avanzado considerablemente.
Recuerda que en aquel entonces, cuando llega a Tamaulipas no había ecos, lo único que tenían era un aparato de rayos X.
“Trabajábamos con mucho conocimiento la medicina, mucha clínica y poco equipo, ya después tenemos equipo de eco, TAC, tomografía computarizada, resonancia magnética y nuevos equipos que ayudan a establecer diagnósticos”.
Antes, cuando querían inyectar a los niños, no había más que agujas, no contaban con catéteres, “tenías que ser muy hábil para agarrar venas en los niños, después empezaron a sacar los primeros catéteres, no de fábrica, sino caseros, que los usaba uno para canalizar venas de niños”.
También las enfermedades han evolucionado conforme pasan los años, en los infantes, era muy común el contagio de sarampión y tos ferina, actualmente no se ve.
“Antes muchos niños morían de eso, la vacunación también ha ayudado mucho a la salud de la población”.
Hoy en día es raro ver un caso de poliomielitis, antes habían salas para atender pacientes con esa enfermedad, eso ha desaparecido, la medicina ha evolucionado favorablemente”.
Pero también, dice que los avances han abarcado hasta los medicamentos, de antibióticos solo tenían penicilina, sulfas, terramicina, después de los años 60 empezó a aparecer otro tipo de antibióticos para controlar las infecciones en la población, y ahora hay una gran variedad.
Platica que con el tratamiento de las leucemias actualmente un porcentaje alto de niños se curan, antes no se curaban, “niños que tenían leucemia estaban programados a morir, ahora con terapias pueden salir con vida de esa enfermedad y los cánceres que se detectan a tiempo también”.
En Victoria y el mundo, las enfermedades que más aquejan a la ciudadanía son los problemas respiratorios y gastrointestinales, los más frecuentes en toda la población en general.
“Siempre he dicho que los médicos que salen de las universidades deben saber manejar con precisión esas enfermedades, pero nuestra educación todavía no ha llegado ahí, eso se debe a que nuestras escuelas no son buenas, faltan programa eficaces de enseñanza, hablo de la medicina, que es lo que conozco”.
Francisco Javier, desde adolescente en preparatoria, sabía que su vida la dedicaría a la medicina.
“En Victoria solo había una preparatoria, la Normal Preparatoria, éramos 15 estudiantes en aquella época y desde entonces supe que me iba a dedicar a la medicina, después tuve la oportunidad de salir a México”.
“Por azares de la vida, me hice pediatra”…
“Me voy de Victoria al Centro Médico Nacional, en ese tiempo nos piden un año antes escoger la especialidad y tenemos que recorrer todos los hospitales del centro médico, se llama año rotatorio y estuve por pediatría y dije aquí me voy a quedar, fue lo que más me llamó la atención, también fui a ginecología y oncología, pero finalmente me decido por pediatría”.
Sus padres siempre fueron su apoyo, “los papás siempre nos van a apoyar, aunque a veces crees que no, ellos siempre van a estar ahí”.
Pero así como a él, también apoyaron a sus hermanos: la licenciada, el contador, el ingeniero, la maestra y a él, el doctor.
Con gusto recuerda que cuando concluye su residencia se casa con la mujer que elige para estar toda la vida, después nacen los hijos; que de cinco, dos siguieron sus pasos, y se inclinaron por la medicina, “uno de los médicos está en Búfalo, Estados Unidos, allá trabaja y el otro es geriatra en Victoria”.
Los otros tres hijos, una es contadora, otra ingeniera en sistemas y un comunicador social.
Además de tener conocimientos sobre el ramo de la medicina, el pediatra también está empapado de estadísticas y datos de las problemáticas sociales más comunes en la ciudad, estado y país.
Uno de los problemas que considera que los gobiernos deben prestar atención, es en la planificación demográfica.
“Cuando yo llego a Victoria había 60 mil habitantes, ahora tiene cerca de 400 mil habitantes, eso es terrible, significa que no tenemos control sobre la situación demográfica, es nuestro principal problema en este país”.
Cuando se va a la Ciudad de México, esta tenía cinco millones de habitantes, actualmente tiene 20 millones, “es terrible, ningún gobernante habla de la situación demográfica”.
Subraya que nuestros programas de control de la natalidad son pésimos, y dice que el 30 por ciento de los partos en hospitales son de adolescentes.
“La situación demográfica es un grave problema en el país, no solamente depende de la Secretaría de Salud, es tan grave como la inseguridad”.
También, dice que de acuerdo a estadísticas de Inegi y Coneval, en México el 60 por ciento de los muchachos termina la secundaria, el otro 40 por ciento no, “es un problema serio, por eso es difícil avanzar así”.
Aunque reconoce que conforme pasan los años va mejorado la atención médica de la población, pero aún así nos falta mucho, pero el hecho es que también falta mucha promisión.
Antes había mucha población desprotegida, ahora con el Seguro Popular solamente falta la cultura médica y preparar más a los médicos, “sí se ha avanzado, vamos a seguir avanzando, pero podríamos avanzar mejor”.
Finalmente, dice que miles de niños han pasado por su atención médica, que incluso algunos ya son adultos, como el presidente municipal Oscar Almaraz.
“Yo valoro mucho a mis pacientes, me gusta ver por ellos, he tenido muchísimos, también pacientes graves y de repente veo a alguien en la calle y me saluda, me dice ‘doctor usted me salvó la vida’”.
“Ojalá pueda seguir atendiendo pacientes”.