Cd. Victoria, Tam.- Especialistas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) trabajan en un proyecto que permitirá conocer la diversidad de ácaros que se encuentran en el chile piquín, en zonas como Gómez Farías, Altas Cumbres y el Cañón de la Peregrina.
El investigador del Cuerpo Académico Ecología Aplicada de la UAT, Julio César Chacón Hernández, explicó que la meta de los trabajos es mitigar las plagas que afectan a las plantaciones de chile piquín, pero además, encontrar el control biológico de plagas como la negrilla y otras que afectan a los cítricos, además de las frutas y verduras.
“El trabajo es sobre acarofauna del chile piquín, es importante este estudio para conocer la diversidad de ácaros que se encuentran en el chile piquín, este proyecto está en Gómez Farías, Altas Cumbres y el Cañón de la Peregrina”, indicó.
“A la fecha se han encontrado diversos tipos de ácaros que no están reportados a nivel internacional, se pronostica encontrar nuevas especies de plagas y depredadores, los cuales pueden tener potencial para controlar a varios ácaros, entre los cuales se encuentra la negrilla que es una plaga muy importante en los cítricos”, apuntó.
Dijo que la búsqueda incluye control biológico para plagas en frijol, melón, maíz, papaya, moringa, insectos que se conocen como depredadores facultativos, “son plagas que se comen a otras plagas en la competencia por el alimento y el espacio, y tienen ciertas condiciones químicas en su organismo que le permiten alimentarse de otro insecto y a su vez alimentarse de otra plaga”.
“Se está evaluando la información sobre la acarofauna, a grandes rasgos es qué especies de ácaros se encuentran en la planta del chile piquín, se supone que en una zona habrá diferencias de ácaros por cuestiones de altitud, clima, humedad y vegetación”, señaló.
“Se trata de encontrar depredadores para las plagas ya sea para el chile piquín en invernadero o en el campo abierto, o para otras plagas importantes en frutas y verduras. Hay depredadores que se alimentan de los huevos de otras plagas, y son potenciales para controlar las plagas”, añadió.
“Además el control biológico reduce el riesgo de contaminación por insecticidas de base química, los productores reducen el riego de interacción, además se reducen los costos de producción en el agro”, concluyó.