diciembre 11, 2024
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noviembre 9, 2017 | 118 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 8 (AP)

Se suponía que la primera elección presidencial con candidatos independientes iba a ser un avance para el costoso y engorroso sistema electoral de México, el cual ha estado dominado por partidos políticos sumamente impopulares.

Pero a los candidatos independientes se les está obligando a usar una aplicación de celular para juntar 866 mil firmas que necesitan para que sus nombres sean incluidos en la boleta electoral, a pesar de que en México el servicio de telefonía móvil no llega a todas las regiones y sólo una minoría puede costear un smartphone.

Candidatos independientes de todo el espectro político dicen que la aplicación es, en el mejor de los casos, defectuosa, y en el peor, discriminatoria y racista.

Los partidos que ya cuentan con registro aparecen en las papeletas automáticamente y sus gastos son pagados completamente por los contribuyentes. El Instituto Nacional Electoral, que diseñó la aplicación, gastará mil 300 millones de dólares en las elecciones presidenciales del uno de julio, además de otras contiendas en el año siguiente.

Los críticos dicen que el INE está alejado de la realidad, en su burbuja y solo sirve a los grandes intereses políticos.

La app está diseñada para que la persona pueda tomar una foto de su credencial para votar y la envíe, junto con los demás datos, a la base de datos del INE. Pero es tan defectuoso que Margarita Zavala, candidata independiente y esposa del ex presidente Felipe Calderón, publicó un video en que burlonamente hace como que enseña a la gente cómo usarla.

“Te voy a enseñar en dos sencillos pasos como registrar una firma”, dice Zavala en el video, pero tras varios intentos fallidos, mensajes de error y media hora invertida, se da por vencida: “Bueno luego te lo explico porque todavía no jala (funciona) bien la aplicación”.

Y eso fue grabado en una terraza en la Ciudad de México. Ahora imagine la situación en las aisladas montañas del estado sureño de Chiapas, donde muchas viviendas todavía usan velas para la iluminación y queman leñas para calefacción.

Eso es lo que le molesta a María de Jesús Patricio, mejor conocida por su apodo MariChuy, la primera candidata indígena independiente.

Es grande el apoyo a MariChuy entre los militantes zapatistas de Chiapas, que en 1994 protagonizaron un breve alzamiento en defensa de los derechos de los indígenas. Muchas de las comunidades locales no tienen siquiera líneas fijas de telefonía, ni hablar de celular.

“En el mejor de los casos, se habría diseñado un proceso pensando en un país que no es México. Realizable, quizá, en países como Suiza o Suecia”, opinó un grupo partidario de MariChuy en un comunicado el martes.

El instituto electoral dice que la app busca evitar el fraude electoral, situación que ocurrió en elecciones anteriores donde algunos candidatos registraban a votantes muertos o inscribían a una persona varias veces. Pero la aplicación requiere una conexión inalámbrica de alta velocidad y funciona sólo en los modelos más modernos de smartphones.

El INE dice que le ha permitido a las campañas recaudar firmas en papel, como se hacía antes en elecciones locales, en un cinco por ciento de las comunidades rurales, en las zonas más pobres del país.

Pero cada campaña ha tenido que presentar una solicitud separada para que se le permita usar formularios de papel, y todo el mundo en México sabe que la cobertura de la telefonía celular es defectuosa en mucho más que el 5% del territorio. Hasta la empresa de telefonía celular más grande del país no promete cubrir la totalidad del territorio nacional. La campaña de MariChuy calculó que un smartphone promedio compatible con la aplicación del INE cuesta el equivalente al triple del salario mínimo mensual.

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