México, 12 Nov (Notimex).- La basura de unos es riqueza para otros. Este es el concepto que adoptó la señora Domitila Sámano Magdalena, quien compra desechos orgánicos y estiércol de bovinos para generar abono sólido y líquido a través de la lombricultura.
Dijo que este material rico en microorganismos es muy atractivo como negocio, es amigable con el medio ambiente y su uso ayuda a los suelos a dejar de depender menos de los fertilizantes químicos y hacerlos cada vez más productivos.
“La ventaja del abono orgánico es que va restaurando los suelos, no es mágico, pero si lo empleamos con frecuencia van a estar totalmente recuperados y podrán producir al ciento por ciento. No al 70 ni al 80, sino al ciento por ciento”, argumentó.
La señora Domitila es una microempresaria en el municipio de Ixtlahuaca, en el Estado de México, y hace unos meses invirtió 30 mil pesos para comprar a sus vecinos unas 30 toneladas del estiércol del ganado bovino, una iniciativa con la que incluso hace un doble trabajo de concientización en las nuevas generaciones.
Señaló que los niños aprenden acerca de los beneficios ecológicos que deja esta actividad, pues son ellos quienes recolectan y después le venden las botellas de plástico para envasar el fertilizante líquido.
Luego de haber recibido un reconocimiento durante la clausura del V Encuentro Latinoamericano de Microempresas Citi, organizado por Citibanamex, afirmó que su negocio tiene una gran demanda de mercado, sin embargo, le hace falta capacidad de infraestructura y financiamiento.
“La falta de financiamiento es una barrera para crecer como empresa”, remarcó la emprendedora mexiquense, al comentar que el éxito no va en función de saber si su proyecto es viable, “porque sí lo es y es una tendencia”, sino en tener mayores recursos económicos para generar nuevas oportunidades de mercado.
Tecnologías financieras
El hecho de que sean micro y pequeños empresarios no resulta atractivo para impulsar un negocio en muchos casos, debido al poco o nulo capital con el que se cuenta para hacer frente a los retos, aseguró el especialista del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Alberto Bucardo.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) arrojan que en México hay entre 4.5 y cinco millones de empresas, de las cuales más de 90 por ciento son micro y pequeñas empresas, recordó.
“Ese dato es muy importante porque nos muestra que la microempresa es una fuente generadora de empleo, aunque tiene un valor agregado bajo”, manifestó en entrevista con Notimex.
No obstante, el escaso uso de crédito bancario es aún más evidente en sus etapas iniciales de desarrollo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Micronegocios, el 64 por ciento de éstas inició con recursos del dueño o de familiares y amigos.
En tanto que el financiamiento bancario sólo figuró en 2.7 por ciento de los casos. “(Por eso) son muy importante los programas de apoyo para que las microfinacieras den (respaldo) a las microempresas”, remarcó.
Para Bucardo, experto en la materia, la oportunidad de evitar su desaparición está en la llegada de las tecnologías financieras o fintech que de manera paulatina ganan popularidad entre las personas y negocios que necesitan ayuda crediticia.
Ejemplificó el caso del “Crowdfunding” como opción para financiar los proyectos de los emprendedores en un primer momento, toda vez que en esta plataforma están quienes buscan productos para invertir y aquellos que requieren dinero.
Sobre la iniciativa de Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (ITF), que en semanas pasadas fue enviada al Senado, resaltó la importancia de la propuesta, porque busca regular la aparición de nuevas plataformas financieras que van a dar apoyo a las micro y pequeñas empresas.
La llamada Ley Fintech es una medida que “si hace falta”, porque va dar tranquilidad y seguridad al mercado financiero, resaltó Bucardo, quien la calificó como una iniciativa novedosa y de vanguardia a nivel mundial.
Visión de emprendedor
Toxiflor, empresa de Domitila Sámano, es operada por tres personas y son quienes fomentan el uso de la lombricultura en su comunidad mexiquense, al dedicarse al cultivo intenso y a la venta de la lombriz roja californiana.
Además, ofrecen asesoría y cursos a estudiantes y productores agrícolas que deseen impulsar el desarrollo de este conocimiento ancestral, cuya efectividad ha sido comprobada de manera científica.
Explicó que el proceso para la obtención del abono orgánico sólido, compuesto de estiércol y cascaras, pulpa, bagazo de frutas y hortalizas, tarda aproximadamente seis meses, y durante este tiempo genera unas ocho toneladas del producto final.
Mientras que el fertilizante líquido (lixiviados) demanda mucho menos tiempo (15 días), pues este proceso consiste en sólo en recolectar la humedad o escurrimiento de la materia orgánica.
Sámano Magdalena reiteró que la venta de sus productos es sólo en su localidad, pero el siguiente paso de su compañía es buscar respaldo financiero para hacer crecer sus instalaciones y, con ello, cubrir la demanda del mercado.
Entre las propuestas de ampliación se encuentra el acercarse con los gobiernos, tanto municipales como estatales y federal, para obtener el capital necesario, porque “la idea es llegar al mayor número de campesinos y juntos podamos restaurar más pronto la tierra”.
También se sumarán a los sitios de Internet y las redes sociales para comercializar sus abonos y hacer mayor consciencia sobre la relevancia de reducir los problemas de contaminación generados por los desechos orgánicos sólidos.