Harare, 16 Nov (Notimex).- Robert Mugabe insiste en que sigue siendo el único gobernante legítimo de Zimbabwe, señaló una fuente de inteligencia, que añadió que el presidente de 93 años se resiste a la mediación de un sacerdote católico para permitirle una salida airosa después de un golpe militar.
El mandatario insiste en que terminará su período al frente del país y se ha negado a aceptar la mediación de un sacerdote católico, quien busca convencer al mandatario de exiliarse tras la intervención militar.
Mugabe junto con su esposa, Grace, además de los ministros Jonathan Moyo y Saviour Kasukuwere, se encuentran detenidos en el complejo presidencial «Casa Azul”.
El sacerdote, Fidelis Mukonori, está actuando como intermediario entre Mugabe y los generales, que tomaron el poder ayer miércoles en una operación dirigida contra «criminales» en su entorno.
La fuente no pudo proporcionar detalles de las conversaciones, que parecen estar dirigidas a una transición suave y sin derramamiento de sangre después que Mugabe, quien ha liderado Zimbabwe desde su independencia en 1980, está retenido en su hogar.
Mugabe, todavía visto por muchos africanos como un héroe de liberación, es considerado en Occidente como un déspota cuyo manejo desastroso de la economía y la voluntad de recurrir a la violencia para mantener el poder destruyó uno de los estados más prometedores de África.
Los informes de inteligencia zimbabuenses sugieren que el ex jefe de seguridad Emmerson Mnangagwa, quien fue derrocado como vicepresidente este mes, ha estado planeando tomar el poder con apoyo de los militares y el respaldo de la oposición durante más de un año.
La salida forzada de Mnangagwa del gobierno fue lo que disparó la intervención militar, que muchos analistas ven como un intento por frenar el camino hacia la cima de la esposa de Mugabe.
Alimentando la especulación de que el plan podría entrar en acción, el líder opositor Morgan Tsvangirai, que ha estado recibiendo tratamiento contra el cáncer en Reino Unido y Sudáfrica, regresó a Harare a última hora del miércoles, señaló su portavoz.
En contraste con el alto drama político que se desarrolla a puertas cerradas, las calles de la capital se mantuvieron este jueves en calma, con personas que realizan sus actividades diarias, aunque bajo la vigilancia de soldados en vehículos blindados en lugares estratégicos.
Al mismo tiempo, el director de la comisión de Administración Pública, Mariyawanda Nzuwah, pidió a los funcionarios que se presenten en sus puestos de trabajo, y garantizó que los salarios se pagarán a tiempo.
Por otro lado, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, en su calidad de número uno de la organización regional Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC, por sus siglas en inglés), convocó una reunión de urgencia para tratar la crisis zimbabuense.
El encuentro se celebrará este mismo jueves en la capital de Botswana, Gaborone, y a él acudirán los ministros de Asuntos Exteriores de Angola, Tanzania y Zambia, así como el presidente del Consejo de la SADC, el ministro de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica.