HARARE, Zimbabue, noviembre 19 (AP)
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, dejó al país estupefacto este domingo al concluir un anunciado discurso televisado sin ofrecer su renuncia, como se anticipaba.
El partido oficialista horas antes le había dicho que debía renunciar antes del mediodía del lunes, o de lo contrario sería sometido a juicio político.
Muchos zimbabuenses se disponían a salir a celebrar en las calles, pero el gobernante dejó ver que está dispuesto a desafiar al partido que lo ya lo expulsó como su líder.
El gobernante incluso dio a entender que presidirá el cónclave del partido el mes entrante: “El congreso tendrá lugar en unas semanas. Yo presidiré sus procesos, que no deben quedar empañados por acto alguno diseñado a socavarlo o a comprometer sus resultados ante la vista del público”.
Mugabe pareció hacer referencia a la crisis política al declarar que “a partir de esta noche… la nación a todos sus niveles se reorientará”.
Admitió que “errores del pasado” posiblemente han generado descontento “en ciertos sectores” lo que calificó de “comprensible”.
Dijo que el “conflicto intergeneracional” debe resolverse, en aparente alusión a sus intentos de hacer que su impopular esposa de 52 años de edad lo reemplace.
Fuentes allegadas a las negociaciones habían dicho que Mugabe renunciaría en breve.
Se esperaba en ese caso, una extraordinaria caída para el más longevo jefe de estado del mundo, quien ha jurado permanecer en el cargo hasta la muerte.
Poco antes el partido gobernante había declarado que Mugabe debía renunciar como Presidente para el mediodía del lunes, o ser sujeto a un juicio político.
El Comité Central del partido ZANU-PF destituyó al líder, que tiene 93 años de edad y ha gobernado el país los últimos 37 años. Además expulsó a la esposa de Mugabe y nombró como jefe partidista a vicepresidente Emmerson Mnangagwa, quien había sido destituido por Mugabe.
Aferrado a un cargo que ya no tiene poder alguno, Mugabe está negociando su esperada salida del poder con el comandante del ejército que lo puso bajo arresto domiciliario. Mientras, el partido gobernante inició una reunión extraordinaria para cesar al mandatario de más edad del mundo como su líder.
Un día después de que una multitud se manifestó en la capital del país pidiendo la salida de Mugabe, los miembros del Comité Central del partido gobernante se pusieron en pie, aplaudieron y comenzaron a cantar al comienzo del proceso para destronar al dirigente. Obert Mpofu, que presidió la reunión, se refirió a Mugabe como “presidente saliente”.
El comité sustituirá a Mugabe con el vicepresidente cuyo cese hace dos semanas provocó la intervención del ejército y vetará de por vida a impopular primera dama, que hasta ahora era la máxima responsable de la facción femenina.
Se espera que ese ex vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, encabece un nuevo gobierno. Sin la intervención militar, la primera dama, Grace Mugabe, podría haber sido nombrada su sustituta en el cargo, posicionándose para suceder a su esposo.
La apertura de un juicio político al presidente es otro paso que podría darse el martes, cuando el Parlamento reanude su actividad. Los legisladores pondrán “definitivamente” el proceso en marcha, dijo el jefe del principal partido de la oposición a The Associated Press.