diciembre 12, 2024
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noviembre 22, 2017 | 142 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.- Las políticas públicas de prevención del delito han sido un fracaso y el reflejo de ello está en la cada vez más grave violencia criminal en el país, aseguró el magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Pedro Lara Mendiola.

Dijo que el Estado Mexicano ha privilegiado el uso de la reacción para contener la inseguridad pública a través del uso de la fuerza policial, pero los resultados negativos están a la vista.

Ante ello, detalló, es necesario que los gobiernos, tanto el federal como los estatales, se decidan a diseñar una verdadera estrategia de política pública, que inicie en la concientización de las nuevas generaciones de niños y adolescentes.

“Debe haber en la currícula de educación básica la enseñanza de valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, y además debe enseñarse a niños y adolescentes lo que es la legalidad y las consecuencias que implica una violación a la ley”, indicó.

De hecho, explicó, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dispuso desde el 2000 que todos los países deberían incluir en sus procesos de educación pública el programa Milenias, para trabajar por la paz y la no violencia.

“Pero México no ha cumplido. No existe nada de eso en las currículas del sistema educativo, lo cual es lamentable porque en 2017 ya deberíamos tener la primera generación de jóvenes formados bajo esa cultura de legalidad y respeto a los derechos humanos”, indicó.

Insistió en que el fracaso de la prevención del delito se deriva de una errónea interpretación de los gobiernos acerca de lo que es prevenir las conductas delictivas.

“Todo lo han querido atacar con patrullas y balas o con platicas o conferencias, lo cual es inadmisible. La prevención no solo es de orden policiaco”, mencionó.

Y añadió: “La prevención es una política pública, no son programas, ideas o inventos. La política pública debe ser visible, presupuestada, definida, con objetivos claros, con instituciones previamente definidas y debe estar contenida en los programas educativas como enseñanza de valores, todo lo que lleve a entender que la violencia es generadora de delitos”.

Esas políticas públicas deben alcanzar también a la familia, porque muchas veces es ahí donde los niños aprender a ser violentos, al imitar conductas de los padres.

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