diciembre 12, 2024
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noviembre 24, 2017 | 412 vistas

José Gregorio Aguilar.-

Cd. Victoria, Tam.- De acuerdo a una denuncia ciudadana hecha llegar a la redacción de El Diario de Ciudad Victoria, se informó que desapareció de la vista del público un óleo que data del siglo XVIII, es decir, de tiempos de la Nueva España, temporalidad que lo ubica como parte del patrimonio cultural de México.

La pieza desaparecida es un óleo de grandes dimensiones, de dos por dos metros aproximadamente, que representa a la Virgen del Carmen en el Cielo dando consuelo a las ánimas del purgatorio.

Durante muchos años la pintura se mantuvo expuesta en la Capilla de las Angustias, situada en el barrio de Las Piedras, pero de allí fue removida a la sacristía de la iglesia de San Antonio de Padua, pero con motivo de la celebración del 400 aniversario de la fundación de Tula desapareció.

El problema es que ante la indagatoria social con los encargados parroquiales, estos se han negado a brindar información sobre su paradero, en donde incluso aseguraron no saber del tema.

Así lo manifestaron el historiador Octavio Herrera, profesor de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, así como el arquitecto Rodolfo Lara, ex alcalde de Tula y presidente del consejo ciudadano “Tula Pueblo Mágico”.

Debido a la gravedad de estos hechos, aseguraron que es una muy lamentable situación para el legado patrimonial de la nación y de Tamaulipas, donde existen muy pocos ejemplos de la pintura colonial, por cierto, sin un registro adecuado o inexistente por parte de las autoridades competentes, que en principio dependen del ámbito de responsabilidad federal.

No obstante, la desaparición del óleo debe ser una preocupación de las instancias culturales y del patrimonio histórico del Gobierno del Estado, y hasta demandan que la propia jerarquía máxima del Obispado de Ciudad Victoria brinde una explicación a la sociedad sobre el paradero de la pintura de la Virgen del Carmen.

El peligro es que su desaparición obedezca posiblemente a una ilegal intención mercantilista, lo que no sería justo, puesto que se trata de una de las joyas en lo que se sustenta la magia de Tula.

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