Durante las últimas décadas, el máximo objetivo a perseguir para los líderes de negocios era incrementar hasta el máximo posible el rendimiento de colaboradores, procesos, maquinaria y de la compañía en general. Sin embargo, conforme la importancia de la innovación y las tecnologías digitales se ha difundido por el planeta, las empresas se han visto en la necesidad de renovarse y buscar nuevas fórmulas para mejorar la efectividad en el ámbito laboral. Una fórmula que ha probado ser eficiente en este aspecto es la productividad creativa.
En primera instancia, este concepto podría parecer contradictorio en sí mismo, pues la productividad puede percibirse como un fenómeno capaz de ser medido mientras la creatividad prevalece en ambientes donde existe la libertad de experimentar e innovar. Sin embargo, con la implementación de una cultura empresarial efectiva en donde se motive a los colaboradores a experimentar con nuevos esquemas en sus actividades diarias, se puede lograr una saludable convivencia entre ambas en el ámbito laboral.
«Muchas compañías entran en conflicto cuando intentan sobreponer estrategias de innovación modernas sobre un esquema de trabajo tradicional», apunta Fernando Leibowich Beker, CEO de la empresa multinacional de consultoría de procesos BeeckerCo. «Emparejar las prácticas de negocio y el ámbito laboral a las tendencias actuales no solamente implica aplicarlas a la fuerza y esperar resultados, se necesita un proceso de integración donde se combinen los mejores elementos de cada estilo en un solo sistema. Este es el sentido de una cultura de productividad creativa, y una vez comprendido esto pueden verse rendimientos tangibles».
La productividad creativa también incentiva el surgimiento de ideas que a su vez generen ventajas competitivas para los negocios
Para este fin, la consultora no solamente toma en cuenta las nociones de creatividad y productividad, sino también emplea conocimiento profundo sobre las personas; un elemento poco recurrido por la mayoría de las empresas. De acuerdo a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Búfalo en Nueva York, liderado por la experta Julie Bowker, el distanciamiento de otras personas y la soledad puede potenciar la generación de ideas innovadoras, tanto en el ámbito personal como en el laboral. Este hecho, aunado a una cultura donde se invite a los colaboradores a una autogestión de actividades y al home-office cuando así se necesite, se convierte en una poderosa herramienta para los negocios.
«Algunas percepciones más tradicionales del trabajo no están a favor del trabajo fuera de la oficina, pues se percibe como menos efectivo. Lo cierto es que, cuando un individuo está motivado, sus ideales se alinean con los valores de su empresa y tiene control sobre su ámbito laboral y sus actividades, la productividad no disminuye, y de hecho escala. Si además se tiene en cuenta cómo la cultura de trabajo remoto implementada por BeeckerCo incentiva, con respaldo científico, a la creatividad; pues tenemos frente a nosotros un esquema de negocios para revolucionar el sistema actual», agregó Erika Pérez, líder de Recursos Humanos en la consultora.
Este enfoque para buscar la productividad creativa a través de una cultura empresarial de trabajo remoto tiene también otros beneficios para el bienestar de los colaboradores y la compañía en el ámbito laboral. Múltiples estudios recientes han resaltado la importancia de cuidar la «salud mental» para mejorar el desempeño de los individuos en el trabajo, un aspecto el cual también es atendido por prácticas como la alineación entre las aspiraciones del negocio y de los empleados, el home-office, y la motivación personal.
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