Un militar croata convicto de crímenes de guerra se suicidó el miércoles al ingerir veneno poco después de que un juez del tribunal internacional ratificó su sentencia a 20 años de cárcel por su participación en atrocidades durante la guerra en Bosnia. La televisión estatal croata reportó que Slobodan Praljak gritó: “¡No soy criminal de guerra!” y bebió de un frasco durante la audiencia en el Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra en la Antigua Yugoslavia, una entidad adscrita a la ONU.