CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 3 (Agencias)
Pese a que tiene trabajo, viaja constantemente, goza de buena salud y presume de una familia unida, Aylín Mujica se la pasaba quejándose de todo.
Sin embargo, hace seis meses, la actriz cubana encontró en el budismo una filosofía de vida que le ha dado la paz que le faltaba.
“Este año he crecido espiritualmente como no tienen una idea: me valoro más, me quiero más, sé realmente qué quiero y lo que no quiero.
“Me ayudó el budismo, que para mí es una filosofía súper inteligente. Fue un cambio en mi vida como no tienes una idea”, indicó la también modelo.
Todo comenzó cuando se dio cuenta que, aunque tenía todo lo que siempre quiso, en realidad se sentía inconforme.
“Me la pasaba quejándome. Decía: ‘quiero estar en mi casa, ¿por qué viajo?’, y cuando estaba en mi casa, me preguntaba: ‘¿por qué no viajo? ¡Quiero trabajar!’. Y cuando trabajaba, decía: ‘quiero descansar’”.
“De todo me quejaba, hasta que dije: ‘no puedo seguir así, debo aceptar las cosas como son, por algo me están pasando y además, son maravillosas’”, expresó.
La cubana lleva un ritmo de trabajo muy ajetreado, sobre todo desde que emprendió hace once meses la gira de la obra “Hijas de su Madre”. Pese a eso, ella se siente contenta y agradecida.
Y aunque hay días que desearía estar en casa junto a su hija, ya no sufre. Ahora tiene claro que desea equilibrar y complementar su familia con su trabajo.