diciembre 14, 2024
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diciembre 4, 2017 | 318 vistas

Samantha Rocha.-

Cd. Victoria, Tam.- El arte tiene múltiples rostros. Está presente en cada rincón con sus colores, texturas, letras… aunque a veces pueda pasar desapercibido entre el ruido de lo cotidiano. Sin embargo, existe una disciplina en particular que no requiere de palabras para hacer eco en la mente de su público e invitarlos a la reflexión; se trata de la pantomima.

Según lo explica el maestro Rafael Perera, precursor de esta expresión artística en Tamaulipas, su capacidad de derribar las barreras del lenguaje le permite ser apreciada por personas de cualquier edad, sin distinción de género, clase social o nivel de estudios, porque más que entenderla, “logra transmitir emociones a través de situaciones de la vida cotidiana, representadas con expresión corporal”.

Y Perera, originario de Ciudad Victoria, tuvo la fortuna de descubrirla siendo apenas un niño.

 

PRIMERO EL TEATRO

Sentado en su oficina en el Centro de Educación y Formación Artística Universitario -del que actualmente es director-, se remonta con emoción a su infancia, época en la que “yo comienzo a darme cuenta que me interesaban las artes escénicas, porque desde chiquillo era muy inquieto”.

Por ello, mientras cursaba su educación primaria decidió inscribirse a varios talleres en la Casa del Arte, como pintura, escultura e incluso danza folklórica. Pero “como una casualidad” el teatro llegó a su vida y fue la primera disciplina que realmente logró conquistarlo.

Esto, debido a su fascinación por los comediantes mexicanos de antaño. “Me gustaban mucho las comedias que veía en la televisión, principalmente Cantinflas y ese tipo de personajes. Me encantaba cómo hacían sus diálogos para hacer reír a la gente, era muy divertido y me gustaba eso”, recuerda.

Y fue precisamente “Kiko”, un ícono de la comedia nacional, el que le permitió no solo actuar, sino dirigir su primera obra. “Estaba en cuarto o quinto año y me pidieron que montara un sketch de ‘El Chavo del 8’ para un festival de la primaria. Me tocó hacer el personaje de Kiko y esa fue mi primera experiencia en teatro”.

Gracias a este papel, se dio cuenta que por medio de la actuación podía “hacer reír a alguien”, lo que hasta la fecha es uno de sus principales motores.

 

SU VERDADERA PASIÓN

Años más tarde, ya como todo un estudiante de secundaria, los horarios no dejaban mucho espacio para las artes, aun así, regresó a la Casa del Arte y se incorporó al taller de teatro de la maestra Ofelia Luna con quien “trabajé un par de temporadas e hicimos varias obras”.

Fue así que conoció al maestro Carlos Valdez, quien en ese entonces estaba al frente del grupo de pantomima. “Realmente la pantomima la descubrí como hasta los 15 años”, cuando se dio cuenta que era una disciplina muy distinta al teatro que él conocía. “Me gustó porque la forma de expresión era diferente. Además encontré en ello una vía para expresar lo que yo sentía… lo que yo quería”.

Por lo tanto, en 1983 se integra de manera formal al Grupo Espejos del maestro Carlos Valdez “y de ahí a la fecha me comprometí con el trabajo de pantomima”.

Un año más tarde -luego de desempeñarse como asistente- el maestro Valdez le brindó la confianza para asumir la dirección del taller y transformar sus ideas en “piezas sólidas”. Al poco tiempo comenzó a participar en importantes festivales y “desde entonces trabajo de manera ininterrumpida”, señala.

Grupo Espejos, que celebrará su 35 aniversario en 2018, le dio la oportunidad a Rafael Perera de asumir nuevos retos, montar sus propias obras y lo más importante, “entender que la pantomima no era un arte simple, sino un arte serio y comprometido que requiere mucho esfuerzo, mucha disciplina, mucho trabajo, mucho entrenamiento físico y sobre todo, mucho compromiso”.

Consciente de ello, buscó capacitación constante mediante talleres impartidos por reconocidas personalidades del medio, “porque siempre nos formamos y no hay que estar cerrado a la posibilidad de aprender algo nuevo. Esa es la mecánica con la que me he desenvuelto”, afirma. Asimismo, se dedicó en cuerpo y alma a compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones.

 

CONCEPTO FAMILIAR

Actualmente, Rafael Perera trabaja con su esposa, Norma Montoro y sus tres hijos en Grupo Espejos. Juntos han recorrido festivales con divertidos números que, además de incluir comedia, gestos y expresión corporal, buscan resaltar los valores sociales.

Al ser así, se han dado a la tarea de presentarse en varias escuelas primarias de diferentes municipios del estado, buscando que los niños conozcan más sobre esta expresión artística.

Sobre cómo surgió el interés de su familia por la pantomima, mencionó: “Mi esposa y yo nos conocimos en el medio, ya veníamos con la experiencia de hacer esto”. Por tal motivo, no les asombró que, desde pequeñas, dos de sus hijas se interesaran por acompañarlos a sus presentaciones y desarrollaran el mismo cariño por el escenario.

“Los incorporamos mientras ellos lo deseen y mientras podamos con este concepto familiar, que no era necesariamente la idea, pero así se ha dado estos últimos años y nos ha funcionado bien”, asegura Perera.

 

RESURGEN LOS MIMOS

El victorense reconoce que para hacer llegar la pantomima a más jóvenes hace falta mucha difusión, pues aunque actualmente cuentan con el poder de las redes sociales como aliado, no es suficiente y aún existen obstáculos como el cambio de políticas -que no siempre favorecen a la cultura- o nuevos fenómenos, como los reality shows.

“Nos hizo mucho daño este concepto televisivo de las academias, porque hacen creer a la gente que en un par de semanas puedes ser artista y llegan con nosotros buscando eso”.

No obstante, considera que en los últimos años hubo un “resurgimiento del arte del mimo”, pues hace una década el único festival que se hacía en México era el de Tamaulipas y en la actualidad, “existen cinco o seis que se están haciendo en el país”.

Y son artistas de Puebla, Querétaro, Guadalajara, Nuevo León o Chihuahua quienes se están esforzando por realizar muestras culturales con relativa frecuencia, para así motivar “a que la gente voltee de nuevo a ver el arte del mimo y generar la posibilidad de compartir nuevas experiencias”.

 

RISAS CON REFLEXIÓN

Sobre la situación de violencia que se vive en el estado, el maestro Rafael Perera reconoce que tanto la comunidad artística como la sociedad están “convulsionadas” y, ante ello, el arte no puede “dar soluciones”, pero sí facilitar espacios para “reflexionar y entender que también hay cosas buenas”.

Porque si bien es cierto que la problemática social no se puede tapar con un dedo y existen innumerables obras que abordan el tema, al acudir al teatro o a espectáculos culturales la gente espera olvidar por un instante los problemas de su entorno y simplemente divertirse, dice Perera. Aunque advierte: “Reír no es nada más contar chistes”.

Es así que su trabajo se ha caracterizado por incluir mensajes positivos que, si bien pueden ser cómicos, al final del día invitan a ser autocríticos… a tomar conciencia.

“Yo creo que la siguiente forma de combatir este mal es por medio de una revolución cultural. Lo que nosotros necesitamos actualmente es volver a nuestras raíces, a nuestros valores, a nuestros principios y entender que en el arte tenemos una posibilidad de desarrollo importante para ser una comunidad armónica nuevamente”.

 

FUTURO SIN LÍMITES

Sobre sus próximos proyectos, el pionero del arte de la pantomima en Ciudad Victoria asegura que no le gusta limitarse idealizando metas u objetivos concretos, prefiere enfocarse en trabajar y que el tiempo sea el encargado de abrir nuevas puertas.

Por el momento, adelanta que con motivo del 35 aniversario del Grupo Espejos tienen contemplado realizar un evento importante el próximo año a manera de celebración. A la par, “estamos haciendo mucho teatro. Ahorita estamos montando tres obras junto con lo que hacemos de pantomima. Tenemos una serie de actores y compañeros que trabajan colaborando con nosotros como integrantes”. Aunque, admite entre risas, “tienen la libertad de trabajar en otras cosas, no soy de los directores que tienen a la gente sujeta todo el tiempo”.

Asimismo, junto a su esposa e hijos se encuentra realizando recorridos por escuelas primarias. “Es una actividad que hicimos hace muchos años y decidimos retomar para llegar a los niños”.

Finalmente, considera que lo suyo es seguir enseñando y dejar salir al creativo que vive en él, a través de la escritura. “Lo que me toca a mí es enseñar y escribir. Tengo ahí una serie de piezas escritas que queremos publicar y es algo en lo que trabajo como proyecto a futuro”.

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