José Gregorio Aguilar.-
Cd. Victoria, Tam.- El obispo Antonio González Sánchez convocó al pueblo católico a celebrar la Noche Buena en familia, pero pidió que la cena navideña no sea un acto de hipocresía en donde por fuera luzcan sonrisas y buenos deseos, pero interiormente persistan sentimientos negativos, como el resentimiento, el egoísmo y la envidia en contra del prójimo.
Enérgico, el Obispo dijo que en la temporada navideña la gente decora y adorna sus casas, lo cual es muy bonito, pero, agregó, lo más importante es que arregle su alma y la limpie de todo sentimiento que destruye la esencia de la Navidad.
El jefe de la Iglesia católica en la zona centro del estado motivó a la reflexión a la gente al cuestionar si realmente cuando las personas se sientan a la mesa, para compartir los alimentos en la noche del 24 de diciembre, están exentos de algún resentimiento o de cualquier clase de inmundicia en contra de sus familiares.
“Se reúne la familia, organizan una cena y tal vez intercambio de regalos, pero siguen así, enfrentados en su corazón. Externamente dicen muchas cosas, pero en el corazón sigue vivo ese sentimiento, ese resentimiento y deseo de venganza y eso es lo que tenemos que tratar de evitar”, aseguró.
Expuso que un verdadero cristiano que celebra con auténtico gozo el nacimiento de Jesús, forzosamente debe preocuparse por aspectos internos, limpiar su corazón y dejar las apariencias para desarrollar una nueva conducta frente al prójimo, pero, sobre todo, si se concibe la Navidad como un acto de amor de Dios hacia la humanidad, los seres humanos tienen que empezar por amar a los demás, empezado por su familia.
“Si es un acto de amor tenemos que empezar a amar a nuestra familia y qué triste es ver que a veces las familias están divididas, a veces por cosas graves, pero en otras por cosas pequeñas e insignificantes y estamos divididos”, insistió.
El Obispo de la Diócesis de Victoria concluyó su reflexión pidiendo a los católicos no olvidar que en Navidad se celebra el nacimiento del Niño Dios, que se hizo semejante al hombre en todo, menos en el pecado.
“Creo que no debemos perder de vista que la Navidad es para celebrar que un día Dios hecho hombre nació de una mujer llamada María y que ese hecho de haber nacido de una mujer, de que Dios quiso participar de nuestra humanidad, es por amor. Dios ama a la humanidad y la ama tanto que quiso participar de ella, dice la Biblia se hizo en todo semejante a nosotros menos en el pecado; entonces es celebrar el amor de Dios por nosotros”, concluyó.