diciembre 15, 2024
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Probó el beisbol… se enamoró del futbol

diciembre 31, 2017 | 617 vistas

Rubén Jasso.-

Con la inquietud propia de un niño, un día se puso a practicar beisbol en un campo cercano a su casa por el hecho de pertenecer a un barrio “beisbolero”, sin embargo, el gusto por el futbol fue tanto, que terminó por convencerse de que ese era el camino que debería seguir para demostrar su talento en el balompié, donde al principio se fue “en blanco”, pero ya durante su juventud y etapa adulta, ha disfrutado en innumerables ocasiones de las mieles del éxito, destacando en la actualidad por ser uno de los futbolistas estelares en las Ligas de Ciudad Victoria y también como un entrenador que viene escribiendo su propia historia con el equipo Furia Azul.

Conocido desde niño como “Takuma”, Raúl Santana Llamas es un hombre entregado cien por ciento a su familia y al futbol, deporte que le ha dado mucho o prácticamente todo… alegrías y muchos triunfos, pero también derrotas y sinsabores, experiencias que le han permitido equilibrar sus emociones para ver el balompié con la perspectiva de un hombre de 34 años que hoy en día disfruta realmente jugar al futbol rodeado de sus amigos.

En una charla con este medio en la quietud de los campos del Ipsset un martes al mediodía, el “Takuma” nos cuenta su historia en Copa UAT, su etapa en equipos juveniles y su paso por Santos Laguna en alguna época de su vida, además de la historia que ha logrado con distintos equipos en el balompié local.

“Yo estoy jugando desde los seis años y todo empezó por un vecino que su hijo es un año mayor que yo y me invitó a jugar, ese fue el inicio, incluso empecé jugando béisbol porque mi colonia es beisbolera”, dice de entrada, aunque explica que al poco tiempo ya pateaba un balón bajo la batuta del entrenador Fidel Ávalos.

“Estuve aproximadamente diez años con él en el equipo Chivas Migajas y a pesar de que siempre nos tupían, pues en el equipo de Chivitas perdíamos por amplios marcadores, siempre traté de sobresalir con uno o dos goles, pero bueno esa era la ilusión de todo niño, jugar”.

Y recuerda como sus virtudes le permitieron sobresalir para ser tomado en cuenta por otros entrenadores, “Después de ahí, empecé a jugar en los selectivos infantiles con el profesor Gabriel Vargas, quien siempre me invitó a formar parte de las preselecciones y pasaba los filtros”, señala.

 

TOCÓ PUERTA DEL ‘CORRE’

Raúl Santana destaca que siempre fue constante en ese torneo infantil de donde han surgido muchas figuras que han llegado al profesionalismo y que también tocó la puerta en Correcaminos, “Toda mi vida jugué Copa UAT, hasta la última categoría, después de Chivas jugué unas temporadas con Vaqueritos de Agronomía por invitación del señor Adrián Abrego y tuve que parar un tiempo porque quise probar suerte en el futbol profesional en lo que era la Tercera División”.

Sin embargo, por diversos factores el proceso no fue lo que esperaba, “Me invitaron a hacer unas pruebas el entrenador Luis Fernando de la Torre y Ricardo “El Diablo” Chávez Medrano y pues bueno, fui a probar suerte, estuve por ahí media temporada, una temporada, (pero) realmente no tuve la fortuna de jugar, estoy consciente que había muy buen nivel y era muy temprano para mí, me faltaba un poco más de preparación y decidí seguir jugando en el futbol de Copa UAT y comencé a jugar en el futbol llanero también”, explica.

 

Y SANTOS LO LLAMÓ

Pero su participación en un estatal y posteriormente en un campeonato nacional “Benito Juárez” celebrado en Sonora, donde el equipo cuerudo era dirigido por Adrián Ábrego, y Raúl Santana era el goleador de la selección Tamaulipas, le permitió al victorense colocarse en una vitrina donde fue observado por visores de conjuntos de Primera División, recibiendo la invitación para realizar pruebas con Santos Laguna.

“También me invitaron de equipos como Toluca, Pachuca, Monterrey, Tigres y Santos, pero bueno en ese momento lo que yo quería era ir a probar suerte y el primero que me habló fue Santos y lo primero que hice fue hacer maletas para irme a hacer unas visorias las cuales pasé y ya mi último escalón fue en la ‘Copa Chivas’, un torneo internacional donde participaban todas las escuelas filiales de Primera División y algunos equipos internacionales que en aquel entonces eran Boca Juniors, Corinthians, River Plate… equipos de Sudamérica que traían a sus Fuerzas Básicas a participar”, recuerda.

Fue entonces que se puso la playera del equipo de Torreón para encarar esa competencia, convenciendo a los visores de “ficharlo” en base a su buen desempeño, “Me tocó jugar con Santos, hice buen papel y de ahí ya me confirmaron mi estancia en Santos Laguna, estuve por ahí de tres temporadas y como todo, son procesos, altas y bajas y gustos de entrenadores, me tocó regresarme después de tres temporadas. En la época de Fernando Quirarte mientras él estuvo, tuve la oportunidad de jugar en Tercera, Segunda, y en las reservas de Santos Laguna, regresé y ya me incorporé a la Universidad y ahí fue donde empecé de nuevo mi segunda etapa como futbolista en Ciudad Victoria”, añade.

 

SUS TÍTULOS

Al preguntarle sobre su primer campeonato conquistado, el delantero relata que tardó un buen tiempo en llegar, “Mis primeros títulos fueron ya después de muchos años, pues cuando era niño jugué muchos años con Chivas y realmente en las categorías infantiles como Biberones, Dientes de Leche y Uatitos me la pasé en blanco, no tuve la fortuna de levantar un trofeo pero siempre fuimos un equipo muy cumplido y muy aguerrido y a pesar de que nos metían diez, 15 goles, siempre estábamos ahí calentando media hora antes del partido”, dice entre risas.

Y agrega que el primer título que le tocó “saborear” fue como seleccionado cuerudo, “Empecé a obtener mis primeros campeonatos en las Ligas regionales ganándole a equipos cercanos a Ciudad Victoria para poder competir en los estatales y después de ahí ya fui campeón estatal con Gabriel Vargas y tuve la fortuna de ir a participar a mis diez años a un nacional a la ciudad de Toluca, donde obtuvimos un cuarto o quinto lugar”, comenta.

Respecto al número de veces que le ha tocado levantar un trofeo de campeón, Raúl Santana menciona que en realidad recuerda aquellos que lo han marcado por alguna razón, “Te voy a ser sincero, me voy con los que me han marcado, tuvimos muchos campeonatos en la Liga Santander con el equipo Deportivo Rivera, que es el equipo de la colonia donde yo crecí, la Nacozari, que siempre fue bien encaminado bajo la dirección de ‘La Muga’ Medrano, una persona muy conocedora de esto, ahí me tocó jugar un tricampeonato consecutivamente”, menciona con orgullo.

Y continúa con el recuento, “Algo más que recuerde de mis logros fue en la Liga Intercolonial con Infonavit Tamatán y Deportivo Don Jorge, también en la Liga Magisterial es de los que más me han gustado porque fue cuando inicié mi carrera laboral y ahí tuvimos cinco o seis años quedando campeones comandados por nuestro director el ‘profe’ Vicente Huerta y el profesor Romualdo Salazar que en aquel entonces me dieron la oportunidad de jugar en la Preparatoria (Federalizada), también recuerdo los campeonatos de la Copa Gobernador, fuimos campeones alrededor de cuatro o cinco años seguidos, son los que me han marcado y son logros que muy pocos equipos han hecho, entonces si los recuerdo bien y he sido campeón en uno que otro torneo de campo chico, pero los que más me han marcado son esos”, sostiene.

 

GRAN PASADOR

Lejos de considerarse un goleador, el “Takuma” más bien se define como alguien que le gusta ceder el balón a quien esté mejor posicionado en el área, “Siempre he sido colaborador con mis compañeros, he compartido la cancha con los mejores centros delanteros que ha habido aquí en la región y por lo general siempre me ha tocado ser el pasador, me agrada mucho que mi equipo crezca y si mi centro delantero está mejor ubicado, siempre trato de ponérselas como era el caso de ‘Layo’ Carranza que muchos años jugamos juntos, en su momento, que en paz descanse, Serafín Carrizal, Gabriel Herrejón, el ‘Cuate’ Carreón, ‘Patillas’… todos ellos fueron centros delanteros de área, natos, y me tocó ser partícipe de sus logros de goleo y cuando se les complicaba a ellos yo tenía que sacar las papas del fuego y hacer el gol del triunfo”, dice en tono de broma.

Al pedirle una opinión de sí mismo en cuanto a su desempeño dentro de la cancha, Raúl Santana es bastante franco; “Es como todo, los años no pasan en balde, pero en mis mejores momentos una de mis virtudes era que me sentía muy veloz y la mayoría de las personas me lo han dicho y a pesar de que era muy veloz, gracias a Dios, tenía una buena técnica individual, una buena conducción, una buena carrera con pelota controlada y me gustaba mucho llegar a línea de fondo y servir a mis compañeros para que se les facilitara su gol, siempre me gustó pensar dentro de la cancha, algo que ahorita en la actualidad muy pocos hacen”.

Cuestionado acerca del porque eligió ser delantero, el “Takuma” aclara que no siempre jugó esa posición, “Yo empecé de lateral por derecha más que nada porque nadie conocía una posición fija, a todos nos metían donde fuera y empecé de lateral derecho y como todo niño tiene la ilusión de meter goles, pues me nació (la idea de) empezar a desbordar, estar en la zona de gol y de ahí surgió individualmente, después ya el señor Fidel Ávalos ya me ponía de delantero, anteriormente se jugaba con tres delanteros, que era un centro delantero y dos extremos por las bandas, yo jugaba de extremo por derecha y en esa posición fue cuando empecé a meter más goles, me gustó y me quedé ahí en las cuestiones ofensivas”, señala.

 

GRANDES AMISTADES

De aquellos jugadores de su “camada” con los que ha compartido la cancha desde niño, destaca que al paso de los años no solo ha perdurado el gusto por el futbol, sino también la gran amistad que sigue manteniendo con todos ellos.

“La verdad, casi todas mis amistades son por el futbol, por lo cual estoy bien agradecido porque realmente el futbol te abre muchas puertas, estamos hablando de que del cien por ciento de amistades el 90 son a través del futbol y me da gusto porque todas esas amistades escogieron buenos caminos y el deporte nos ha llevado a ser personas de bien, eso habla de que el futbol es fundamental en el crecimiento de las personas”, dice con toda sinceridad.

Y menciona a varios futbolistas que conoce desde niño, “Son bastantitos amigos míos que todavía los frecuento, hablamos del excelente amigo ‘El Cuate’ Carreón, Jaime Cuesta que jugó también con el señor Fidel Ávalos, fuimos compañeros de infancia en los equipos y por ahí nos encontrábamos jugando en contra con Leo Castro que también es de mi edad… ahorita que recuerde son ellos”.

 

LA FAMILIA PRIMERO

El “Takuma” explica que actualmente participa en varias Ligas de Victoria y acepta que si bien es un jugador muy solicitado, no milita ya en tantos equipos porque prefiere dedicarle más tiempo a sus hijos y a la escuelita de futbol que dirige, “Actualmente estoy jugando en la Liga Santander con el Deportivo Martínez, quedamos campeones en el Torneo de Copa y eliminados en la Liga, en la Liga Intercolonial juego con el equipo El Higo, también de grandes amigos, la mayoría de ellos con mucha experiencia en el futbol profesional, también juego en la Liga Magisterial con el Deportivo Cruz y juego en la Copa Gobernador con el equipo de Admisión, un equipo de una dependencia del Gobierno del Estado”, apunta.

Y reitera que su familia y amigos ahora están primero que el balompié, “En el campo chico casi no estoy jugando ya que los torneos son entresemana, nada más cuando tengo la oportunidad de ir, ahorita realmente les dedico el tiempo a mis hijos y a la escuelita de futbol que dirijo y cuando me queda un espacio voy y juego un ratito en La Cima con unos amigos de muchos años, de los iniciadores del equipo Fundador y nos reunimos ahora y le puso mi amigo Deportivo Rinos y juego ahí en La Cima con ellos”.

 

APRENDIZAJES

Sobre los pasajes complicados que le ha tocado vivir en su carrera, el “Takuma” pone las cosas en la balanza y asume los tropiezos como parte del aprendizaje de toda persona, “Muchas veces solo platicamos las cosas buenas, yo actualmente soy entrenador y son cosas que platico con los muchachos, a mí me ha tocado ganar torneos muy importantes y al igual me ha tocado perder algunos”.

Y explica, “Antes de ser campeón en Copa Gobernador yo ya había perdido una Copa Gobernador también, antes de ser campeón en Liga Santander ya había perdido algunas Ligas Santander, entonces realmente todo es bueno, es aprendizaje, no lo veo como algo malo, he aprendido mucho del futbol, todo es experiencia y todo lo he pulido a raíz de esas derrotas, pero si me han marcado algunas”, reconoce, y trae a su mente el reciente tropiezo sufrido en el estatal Sub-17 celebrado en la frontera, donde Furia Azul, el equipo que dirige, cayó ante Mineros.

“Te voy a ser sincero, me ha dolido más ahora como entrenador porque siento la impotencia de que uno quisiera estar adentro para poderlos apoyar, pero ahora me toca ser el que aconseje a mis muchachos, he estado en algunas derrotas a nivel nacional y esto es parte del aprendizaje, me toca ahora levantarles el ánimo a mis muchachos, a mis niños, decirles que esto es futbol y es un proceso, acabamos de perder la final estatal en penales y así como me ha tocado levantar el trofeo con ellos ahora me toca brindarles palabras de ánimo”, remarca.

 

EL GRAN PASO

Y a propósito del paso que la mayoría de los futbolistas sueña con lograr un día, el “Takuma” lo hizo realidad hace un buen tiempo: convertirse en director técnico, faceta en la que incursionó impulsado por sus buenos amigos Jorge Urbina y Roberto Aguilar Grimaldo.

“Jorge es una persona con mucho conocimiento en el futbol, es una persona muy preparada, de las más preparadas en Victoria y te podría decir que en Tamaulipas, todo fue a raíz de la amistad que tenemos con él y con Roberto Aguilar, quien nos impulsa en este proyecto de Furia Azul”, y explica que Urbina recién había terminado un proceso con un equipo de fuerzas básicas de Correcaminos.

“Entonces Roberto le extendió la invitación y con gusto aceptó, pues fue un nuevo reto para él y realmente le vino a cambiar la cara a la Escuela de Futbol Furia Azul y no nada más a la escuela, se la cambió al futbol victorense porque empezó a innovar cosas que no se veían en el futbol infantil, a pensar dentro de la cancha y a formar jugadores con el talento para que sean vistos a nivel nacional”, afirma.

“Yo soy el papá del portero (Hazam Santana) y empezaba mi etapa de entrenador en la Universidad y me seguí preparando, Roberto me apoyó en cuestiones económicas y moralmente para asistir a los cursos de entrenadores y me ayudó más la experiencia que he obtenido en el futbol y el conocimiento que adquirí de grandes entrenadores que tuve en mi infancia, agarré un poquito de cada uno de ellos y el estar al lado de Urbina también”, reconoce.

Con mucho orgullo, el “Takuma” señala que él ha creado su propio estilo con Furia Azul y reitera su agradecimiento a Jorge Urbina porque hace ver al futbolista de lo que es capaz y de las cosas que pueden llegar a lograr como el hecho de ser tomados en cuenta por Fuerzas Básicas de equipos de Primera División.

Igualmente su gratitud se extiende a la escuela de Trabajo Social de la UAT, donde le dieron la oportunidad de dirigir y llegó a conquistar campeonatos en los Juegos Interfacultades, guardando también gratos recuerdos de esa época.

 

ASUME RETOS

En cuanto a sus metas por cumplir, Raúl Santana señala que más bien son retos que disfruta encarar, “Mi objetivo ya no es como antes, ser campeón de la Liga más común de Ciudad Victoria, ahora no, me gusta los retos, me gusta competir contra los equipos grandes y meterme en equipos de media tabla o de la parte baja para demostrarles que si se puede aún, porque lo hemos hecho”, dice convencido y describe una de sus experiencias.

“Si se puede, hace algunos años jugamos con Infonavit Tamatán, un equipo plagado de amistades donde se juega con mucha garra, y nos tocó competir contra equipos plagados de muchas estrellas y les ganamos el campeonato, entonces me agradó esa etapa y lo he venido haciendo en el transcurso de mi vida, me gusta formar equipos de grandes amigos, es el reto que tengo y me gustaría seguirlo cumpliendo, de seguir haciendo equipos así para seguir participando en Ligas como Santander, Intercolonial y en algún otro torneo como la Champions, equipos plagados de grandes amigos porque es lo que te deja el futbol realmente”, destaca.

Otra característica que distingue al “Takuma” en su andar por las canchas es su carácter tranquilo, pues realmente se ha dedicado a jugar al futbol y alejándose de cualquier problema, definiéndose a sí mismo como una persona tranquila aun y cuando a veces recibía alguna patada de los defensores rivales precisamente por su posición de delantero.

“Si me tocó una época cuando empezaba a jugar en el futbol amateur era más rústico y llegué a jugar con otro estilo más diferente, más pensante, y las patadas eran algo muy común en el futbol, ahorita ya no, ahora es un futbol más rápido, el cual también nos ha hecho a nosotros los ‘veteranones’ hacernos a un lado, pero es lo que me gusta, pues cuando me mezclo con los jugadores chavos ellos hacen lo que uno ya no hace, pero uno le pone la experiencia dentro del campo que les falta a ellos y es el complemento dentro de una cancha, hay gente que debe de correr, gente que debe de pensar y hay gente que debe de acomodar esas piezas, es algo fundamental en el equipo”, explica.

 

SU APODO

El tiempo transcurría y era tiempo de concluir la entrevista, pero antes, el futbolista victorense nos habló sobre el origen de su apodo, mismo que lo ha identificado como un sello personal por todas las canchas de Victoria.

“A mí me dicen ‘Takuma’ aproximadamente desde el año 94, nada más échale, y fue a raíz de un video juego, pues cerquita de mi casa había unas ‘maquinitas’ a donde iba con dos grandes amigos a jugar siempre, entonces escogíamos una tercia y un peleador se llamaba ‘Takuma’ y cuando me tocaba a mí jugar ellos gritaban ¡sigue Takuma! pero realmente era por el ‘mono’ no por mí, entonces la gente que escuchaba pensaba que así era mi nombre o mi apodo y así se me quedó y a raíz de ahí mis mejores amigos me empezaron a decir así y se me fue quedando”, puntualiza, y asegura que nunca le molestó el apodo porque fue algo bien intencionado que surgió de grandes amigos de la infancia.

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