En una localidad del norte de España, te puedes convertir en rey por un día si en el pedazo de rosca encuentras al muñeco escondido.
A diferencia de México, en Navarra, todos los niños pelean ansiosos por encontrar el “mono”, ya que eso los hace acreedores del premio: ser rey por un día. Afortunado el niño que era participe del ritual, ya que lo coronaban en medio de damas, nobles, clérigos y toda una autentica corte medieval compuesta por los demás niños compañeros de clase.
El niño o niña que lo encontraba, rendía protesta donde prometía: “goardar et defender el regno a nuestro poder”.
Se cree que esta tradición fue introducida por la refinada corte de los Teobaldos, procedentes de la región francesa de Champaña. Los reyes navarros acostumbraban a ofrecer el día de La Epifanía (celebración de los Reyes Magos) una comida entre los niños más necesitados.