KABUL (AP) — El ataque de la víspera en la capital de Afganistán dejó 103 muertos y 235 heridos, indicó el domingo el ministro afgano del Interior.
Había varios policías entre los muertos y heridos, indicó el ministro Wais Ahmad Barmak.
El agresor conducía una ambulancia con explosivos y pudo atravesar a toda prisa un control de velocidad diciendo que lleva a un paciente al hospital. La explosión dañó o destruyó docenas de tiendas y vehículos.
Ahmad Fahim, un tendero que sobrevivió al ataque del sábado, dijo que varios de los comerciantes de la zona habían muerto o sufrido heridas. Señaló que había visto muchas víctimas que perdieron brazos o piernas en la explosión.
El Talibán reivindicó el ataque, que asestó un gran golpe al gobierno afgano respaldado por Estados Unidos. Las fuerzas de seguridad afganas han tenido problemas para combatir a los combatientes talibanes desde que Estados Unidos y la OTAN concluyeron oficialmente su misión de combate a finales de 2014.
El gobierno declaró un día de luto, en el que las tiendas cerraron y las banderas ondeaban a media asta.
La potente explosión se sintió en toda la ciudad y dejó la zona afectada envuelta en polvo y humo. El ataque llegó una semana después de que milicianos talibanes atacaran un lujoso hotel de Kabul, donde mataron a 22 personas, incluidos 14 extranjeros, y libraron una batalla de 13 horas con las fuerzas de seguridad.
Cinco personas fueron detenidas como sospechosas de estar vinculadas al ataque contra el Hotel Intercontinental y otra huyó del país, según Masoom Stanekzai, responsable del servicio afgano de inteligencia. Cuatro personas fueron detenidas en relación con el ataque del sábado.
Por su parte, el papa Francisco denunció los ataques terroristas en Afganistán y preguntó cuánto tiempo más las personas deben sufrir tal violencia “inhumana”.
En su mensaje dominical a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, denunció el atentado suicida que mató a más de 100 personas en Kabul un día antes y otro reciente ataque mortal en la capital afgana.
Francisco dirigió un momento de oración silenciosa por las víctimas y sus familias y “por todos aquellos en ese país que continúan trabajando para construir la paz”.