diciembre 13, 2024
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enero 31, 2018 | 243 vistas

HOUSTON (AP) — Una víctima de secuestro de origen hondureño que murió durante una operación de rescate, fue baleado por sujetar el fusil de un agente del FBI que intentaba ingresar a la vivienda donde permanecía retenido, informó el martes la policía.

El agente del FBI no sabía que la persona que sujetó su arma durante el intento de rescate de la semana pasada era la víctima, ya que la habitación estaba oscura, indicó el jefe de policía de Houston, Art Acevedo.

“Un esfuerzo bien intencionado por rescatar a un hombre secuestrado tuvo un desenlace trágico”, afirmó.

Sin embargo, Douglas York, abogado de la familia del hondureño Ulises Valladares, de 47 años, atribuye el deceso a una serie de torpes fallas que demuestran “una secuencia de errores” por parte de las autoridades.

“No estamos diciendo que el tipo ingresó con dolo para matar a un rehén que estaba amarrado con cinta”, afirmó York. “Pero una vez que llegaron, no protegieron a la persona que debían proteger. Y cuando sujetas un arma mortal, creo que tu deber con el rehén es no matarlo”.

Valladares fue secuestrado el 24 de enero de su vivienda en Conroe, a unos 64 kilómetros (40 millas) al norte de Houston. Su hijo de 12 años llamó a la policía, que solicitó la asistencia del FBI.

El FBI rastreó a dos sospechosos de sexo masculino hasta un motel cerca de Houston. Los sospechosos condujeron a los agentes hasta una casa en Houston, en donde se localizó a una mujer que resguardaba a Valladares.

El 25 de enero alrededor de las 3:30 a.m., un equipo táctico del FBI comenzó su ingreso a la casa. Mientras un grupo de agentes entraba por la puerta principal, otros dos comenzaron su ingreso por una ventana trasera. Cuando la herramienta que uno de ellos utilizaba para romper la ventana cayó al interior de la vivienda, comenzó a utilizar su fusil M4 para terminar de despejar la zona de cristales, señaló Acevedo.

Fue entonces que alguien comenzó a jalar del fusil y el agente, por temor a que el arma pudiera utilizarse en contra de sus colegas que ingresaban a la vivienda, disparó en dos ocasiones, relató Acevedo. Uno de los disparos impactó a Valladares, quien murió más tarde en un hospital.

El agente no sabía que Valladares, quien estaba junto a la ventana, era la persona que tomó su fusil, aseguró Acevedo. La habitación estaba oscura y los agentes que ingresaban por la ventana no utilizaron luces para no obstruir a los demás elementos que entraban por la puerta principal, detalló el jefe de policía.

“Todos los involucrados están desconsolados”, comentó. “Esa mañana, esos agentes ingresaron al lugar con las mejores intenciones”.

Aunque las manos de Valladares estaban amarradas con cinta a la parte frontal de su cuerpo, aparentemente pudo sujetar el arma, según Acevedo.

Los agentes se identificaron con gritos de “FBI”, pero Acevedo insinuó que la víctima pudo no haber entendido a los agentes por la barrera del idioma.

Sin embargo, el hermano de Valladares, Ernesto, dijo que su hermano hablaba inglés perfectamente y que no cree la afirmación de los investigadores de que su hermano jaló el fusil del agente.

“¿Cómo va a tomar el rifle si tiene las manos atadas?”, cuestionó Ernesto Valladares.

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