WASHINGTON, E. U., febrero 2 (Notimex)
Estados Unidos es la principal fuente de abastecimiento de armas de fuego usadas en crímenes en países de América Latina y el Caribe, donde cada 31 minutos se produce en 15 naciones de la zona un acto violento con una de ellas, reveló el Centro para el Progreso Americano (CAP).
El reporte del CAP, un centro de investigación de orientación progresista presidido por John Podesta, ex jefe de la campaña presidencial de Hillary Clinton, apuntó que la administración del presidente Donald Trump ha ignorado el grado en que la exportación de armas alimenta la violencia en esos países.
Precisó que de 2014 a 2016 un total de 50 mil 133 armas de fuego que se originaron en Estados Unidos fueron recuperadas como parte de investigaciones criminales en esos 15 países de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.
“Muchas de estas armas usadas en crímenes originadas en Estados Unidos fueron exportadas legalmente y no fueron desviadas para un uso criminal hasta que cruzaron la frontera”, señaló el informe.
Estados Unidos, indicó, es un productor mayor y un exportador principal de armas de fuego, que vende legalmente un promedio de 298 mil armas al año.
“Sin embargo, muchos de los mismos huecos y debilidades de las leyes de armas en Estados Unidos que contribuyen al tráfico ilegal de armas de fuego doméstico, contribuyen al tráfico ilegal de armas de los Estados Unidos a sus naciones vecinas”, acotó.
De las 106 mil armas recuperadas por las autoridades como parte de investigaciones criminales en México entre 2011 y 2016 y enviadas para su rastreo, un 70 por ciento fueron originalmente compradas de un vendedor de armas con licencia de los Estados Unidos, según cifras oficiales estadounidenses.
Sin embargo, señaló el reporte, estas armas ligadas a los Estados Unidos probablemente representan sólo una fracción del número total de armas que cruzan la frontera.
“Otras estimaciones sugieren que casi 213 mil armas de fuego son contrabandeadas a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México cada año”, indicó el informe del CAP.
Un análisis de la oficina de supervisión del Congreso estadounidense señaló por ejemplo que entre 2009 y 2014, la mayoría de las armas recuperadas en México en escenas de crimen fueron originalmente compradas en tres estados fronterizos: Texas (41 por ciento), California (19 por ciento) y Arizona (15 por ciento).
“El impacto del tráfico de armas rampante de Estados Unidos a México ha sido devastador. En 2017, México alcanzó su más alto nivel de homicidios de los últimos 20 años con una tasa de 20.5 homicidios por cada cien mil personas”, refirió.
El CAP sostuvo que “aunque esta cifra es parcialmente alimentada por altos niveles de impunidad en el comportamiento criminal, el acceso a las armas de fuego ha sido un elemento clave para el incremento en los homicidios”.
En 1997, un 15 por ciento de los homicidios en México fueron cometidos con armas de fuego. Sin embargo, para 2017 ese porcentaje se incremento aproximadamente al 66 por ciento.
De la misma forma, el uso de armas de fuego durante robos violentos aumentó. En 2005 un máximo de ocho por ciento de los asaltos fueron cometidos con armas, mientras que en 2017 esa cifra se incrementó a 68 por ciento.
Para atajar el tráfico ilegal de armas a sus vecinos del sur, el reporte recomienda instituir chequeos de antecedentes criminales universales para su compra, criminalizar su tráfico y la compra a través de intermediarios.
Asimismo, plantea requerir a las armerías que reporten a las autoridades las ventas múltiples de armas largas, incrementar el acceso a los datos del tráfico internacional de armas de fuego y evitar que se debiliten los mecanismos de supervisión de la exportación.
“Aunque hay muchos factores únicos en cada nación que afectan las tasas del crimen violento, Estados Unidos debe hacer más para reducir los riesgos que representan las armas de fuego originadas en territorio estadounidense que cruzan la frontera y son usadas en crímenes en los países vecinos”, destacó.
