Shalma Castillo.-
A los 18 años decide salir de Tampico.
Con un mundo de ilusiones, Federico Juárez Perales tiene desde entonces su futuro decidido.
Desde el inicio de su vida, crece y se desarrolla en un ambiente de exploración y explotación de hidrocarburos…
En ello encuentra el impulso para estudiar primero para Ingeniero en la Industria Petrolera.
Después para buscar consolidar una maestría en Ingeniería Petrolera, Especialización en Terminación de Pozos Submarinos.
Hoy a sus 31 años, es el campo en el que se desarrolla y vive en Noruega.
Allá tiene ya nueve años… aunque su intención nunca fue quedarse a vivir, sino solamente ir aprender. Pero siendo el país número uno en tecnología submarina, en lo que es exploración y producción de aguas profundas, termina enamorándolo.
Aunque no todo ha sido fácil, pues cuando cursa en la Universidad Autónoma de México (UNAM), su intención es estudiar en el extranjero de intercambio, sin embargo el tema de becas es complicado.
“Desde primer año siempre quise ir a estudiar al extranjero para prepararme más, en segundo año busco alternativas, en tercer año encuentro una compañía de becas, pero esas becas solamente son de maestría…
Una maestra me apoya y metemos documentación para concurso, paso las entrevistas y al final deciden hacer excepción y me dieron la beca, y ese dinero lo ahorro para poderme ir de intercambio”.
Desde ahí el futuro de Federico está por cambiar, pues no sabe si optar por ir a estudiar a la Universidad Delft en Países Bajos o en Norwegian University of Science and Technology (NTNU), en Noruega; al final se decide por el nordicopaís.
Su intercambio es en el 2008, permanece seis meses allá, en los que cursa el cuarto año de la carrera, aprende el idioma y hace buenas amistades.
Cuando vuelve a México ya tiene en mente lo que quiere hacer después para su vida profesional, regresar por la maestría y a trabajar en Noruega.
“Mi intención original es venirme a preparar la maestría, pero las cosas se fueron dando de manera natural, hice lo que todos, aplicamos para Conacyt pero resuelve mi caso de manera negativa y de todas formas no quiero poner todos los huevos en la canasta de Conacyt y sigo buscando becas por mi lado…
“Una tercera opción es buscar trabajo, envío solicitudes a varias compañías y una de ellas me da entrevista, la Statoil, una compañía operadora Noruega que es como el equivalente a decir Pemex, les gusta lo que hago y me dan oferta de trabajo para de verano”.
Presenta su tesis en la UNAM y al día siguiente vuela a Noruega para empezar a trabajar.
Federico decide ahorrar todo el dinero que gana en su trabajo para empezar su maestría, y al terminar el verano el jefe le ofrece trabajo de medio tiempo… “todo coincide porque el que Conacyt me negara la beca no es impedimento y el ahorrar y el trabajo de medio tiempo son oportunidad de seguir estudiando, entonces estudio y trabajo por dos años y finalmente me quedo”.
Así pasaron los años y ahora trabaja para otra compañía, donde es responsable de monitorear, categorizar y mejorar la integridad de 90 pozos (16 de los cuales son submarinos), es como decir el “doctor” de los pozos.
“Establezco programas de mantenimiento, así como cuando vas al doctor y haces campañas de revísate, chécate, cómo está el azúcar, lo mismo pero para los pozos, establecemos programas ya sean anuales, semestrales, dependiendo los riesgos que veamos en los pacientes o pozos…
“Entonces identificamos fallas, revisamos qué tan severas son, si se pueden seguir operando o no, y en caso de que no se puedan seguir operando se tienen que reparar…
“Esto incluye que en la fase final cuando los pozos se mueren hacer el análisis de cómo quedó, si quedó bien enterrado, cuál es el riesgo de que pueda salir un brote de ese pozo abandonado en el futuro”.
Además de ser el país número uno en tecnología submarina en todo lo que es exploración y producción de aguas profundas, Noruega también es el número uno de seguridad industrial en cuestión de pozos y petróleo.
“Estados Unidos y demás países voltean hacía Noruega para ver, cuando fue el accidente de Macondo en el 2010 en el Golfo de México, los estadounidense voltearon a ver el modelo noruego de la seguridad industrial”.
Federico considera que su país de origen, México, va avanzando en este tema.
“El año pasado tuvimos la oportunidad de ir a hacer una presentación a la Comisión Nacional de Hidrocarburos en México acerca de este tema, y vemos que va poniendo regulaciones buenas, es un proceso largo pero ahí va, no se puede comparar en ese sentido México con Noruega porque tiene más décadas trabajándolo”.
EL PAÍS QUE LO ADOPTÓ
Lo que más le gusta de Noruega es el balance y calidad de vida.
“Aquí tú decides tus horas de trabajo, es muy interesante porque a veces es mal visto el trabajar, aquí si llegas con la mentalidad mexicana del trabajo es primero y trabajar, trabajar, trabajar, te miran mal, y te juzgan negativamente”.
Dice que los noruegos lo último que ven es trabajo, y tienen la filosofía de “lo tienes que hacer para conseguir dinero y hacer lo que quieras”.
Y con base a esa filosofía han construido las leyes, se trabaja siete horas y media al día, tienes cinco semanas de vacaciones al año, todas las horas extras las tienen que pagar, la Ley de Trabajo es muy estricta.
“En México tenemos Ley de Trabajo muy buena pero nadie la aplica, aquí no nada más es una ley estricta y buena, sino que también la aplican y esos son los resultados”.
Aunque dice que a veces llega un punto donde piensa “está muy mal, es un país de flojos, pero aquí se ponen al otro lado de la moneda… yo también soy un ser humano y tengo familia, vida, así que respeta mi horario laboral”.
SU PERSPECTIVA DE NO CONOCER EL MUNDO, SINO VIVIRLO
Una de las experiencias que le han marcado mucho es un viaje que realiza en tren durante tres meses por toda Europa.
“Cuando estaba en preparatoria tengo esa ilusión de viajar y ahorro dinero por cuatro años y planeo el viaje por dos años, cuando termino la maestría en 2011 dije, ¡ya, lo tengo que hacer!, agarro mi mochila y me voy todo junio, julio y agosto por todo Europa…
Empezando en Madrid y termina en Moscú, doce semanas para cruzar el continente, me gusta porque me marca en aspectos, en la gente que conoces, me define como individuo y la manera en la que viajo a partir de entonces”.
Pero cuando termina su aventura viajera, queda literalmente harto de todo, todos y de viajar; “dije ya no quiero volver a viajar en mi vida”.
Sin embargo, a partir de ahí ya no viaja con la filosofía de ver el mundo, ya no compra un boleto por tener ganas de ver Indonesia, sino que se ha vuelto egoísta con el tiempo que usa en viajar.
“Tiene que haber un propósito, ¿por qué voy a viajar ahí?, ¿voy a visitar a alguien a quién extraño?, o porque vamos a ir a esquiar y a caminar en la montaña”.
Durante su viaje recorre España, Andorra, Francia, Italia, Austria, Alemania, Países Bajos, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Bosnia, Serbia, Bulgaria, Rumanía, Polonia, Estonia, Letonia y Rusia.
“Son países diferentes, ves la diferencia, no la vives, ir a un museo a un templo, no te hace vivir esa experiencia, las diferencias, las ves no vives, después no he viajado de esa manera, ya viajo como a ir andar en velero, a subir montañas o a esquiar”.
DISFRUTAR Y VIVIR EL VIAJE
“Mi último viaje que recuerdo bastante, con muchas ganas, es el del año pasado a Japón, cada año mis amigos y yo tenemos un viaje de invierno nos vamos a esquiar o a realizar alguna otra actividad”.
La aventura de Japón empieza cuando un amigo del grupo “se le pega la loquera” y dice “por qué no nos vamos a Japón, el boleto está barato” y cuando lo compra, todos los demás deciden animarse.
“Fuimos como 30 personas por dos semanas a esquiar por todo Japón, ¡increíble!, vives el país… tengo conocidos que han ido a Japón y te dicen que ‘Tokio está increíble’, pero nosotros vimos sus montañas, recorrimos sus montañas, las esquiamos, nos perdimos en medio de los bosques japoneses…
Fuimos a lugares que nadie va, porque es de vamos a buscar la mejor nieve, el mejor pueblo para esquiar, a lugares donde no se habla nada inglés, y todo por señas, eso era lo padre, comer en fondas y comida increíble aunque no sabes ni qué es”.
En un verano visitan Albania, al Parque Nacional para hacer senderismo por la montaña…
“Esa vez pasa algo gracioso y feo, porque nos perdimos y un amigo casi se mata en medio de la montaña, es que los noruegos son muy extremos, es algo que les respeto mucho…
“El mexicano es muy competitivo laboralmente y en la escuela, pero al mexicano le dices vete hacer deporte y es recreación, y el noruego es al revés, todo lo que hace al aire libre es extremadamente competitivo…
“Si están en la montaña, el noruego siempre quiere ser el primero en llegar y el más rápido, siempre que vas con ellos hacer cosas deportivas, ¡cuidado!, pero me ha gustado mucho porque ha sido la combinación de toda la experiencia en los años aquí…
“No sé si me describo como afortunado, porque es muy común que cuando estás en el extranjero te juntas con la gente afín a ti, y desde que llego acá no lo he hecho, no quiere decir que no tenga amigos mexicanos, pero mi grupo es de amigos es local y ha sido positivo en mi vida porque me ha permitido ver el mundo como ellos lo ven y me abierto las puertas aquí”.
APRENDER Y COMPARTIRLO
Federico forma parte y es el presidente de la Sociedad Petrolera de Noruega, es una asociación que tiene tiempo desde los años 70´s y que se dedica a lo que es de petróleo y gas.
“Cuando me intereso en ella desde que comienzo a trabajar, me gusta, aparte en las asociaciones te relacionas y conocer gente, me integro, pasa un año y me meto más, organizo eventos, actividades, entre otras cosas…
En el 2014 cuando el presidente se va, me dan la oportunidad de ocupar ese lugar, a la fecha, en ese período simultáneamente estaba fundando la Red global de Mexicanos en Noruega, y es a través de la Red donde aprendo para qué sirven estas sociedades y el potencial que tienen”.
Entonces empiezo a proponer realizar cursos, seminarios, entrenamientos, y empiezo impartir cursos en universidades, y a combinar lo que vas aprendiendo de una asociación y aplicarlo en la otra y viceversa.