ANKARA, Turquía (AP) — Al menos 19 personas murieron el martes en nuevos bombardeos contra Ghouta Oriental, un sitiado suburbio de Damasco controlado por la oposición, dijeron activistas y un grupo que monitorea la guerra en Siria.
La operación se produjo un día después de que fuerzas rusas y sirias castigaran zonas rebeldes en todo el país con intensos ataques aéreos, causando más de 28 muertos en el este de Damasco y alcanzado hospitales y edificios residenciales en la provincia de Idlib, en el norte del país. Las fuerzas del gobierno sirio libran una ofensiva en Idlib en las últimas semanas, pero su presión se intensificó después de que insurgentes derribaron un avión Su-25 ruso cerca de la localidad de Saraqeb durante el fin de semana.
Rusia lleva a cabo una letal campaña aérea contra la oposición armada siria desde que intervino en la guerra civil para apoyar a su aliado, el presidente Bashar Assad, en 2015.
Al menos 10 localidades en la región de Ghouta Oriental, a las afueras de Damasco, fueron bombardeadas el martes, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña. El Centro de Medios de Ghouta, gestionado por activistas, dijo que al menos dos, Douma y Harasta, fueron alcanzadas por misiles tierra-tierra.
El grupo de búsqueda y rescate Defensa Civil Siria, conocido como Cascos Blancos y que trabaja en zonas de oposición, dijo que se trataba de “otro día sangriento para los civiles” en Ghouta Oriental.
El grupo hizo público un video de sus trabajadores corriendo a rescatar víctimas de entre los escombros el martes. Según el Observatorio, 25 personas perdieron la vida el martes, mientras que los Cascos Blancos reportaron 19.
Desde Damasco, Naciones Unidas pidió un alto al fuego inmediato y de un mes de duración para entregar ayuda humanitaria crítica y asistencia médica a los civiles atrapados por los combates en varias regiones del país.
La misión de la ONU advirtió en un comunicado de “nefastas consecuencias” para las crisis humanitarias en el país, e identificó siete zonas que necesitan ayuda humanitaria urgente. Los combates y las deliberadas obstrucciones de las fuerzas en el frente de combate impiden a las organizaciones de ayuda que lleguen a los civiles en apuros.
Naciones Unidas dijo tener un plan para llevar ayuda a 700.000 personas en los dos próximos meses, si puede obtener los permisos.
La campaña de bombardeos iniciada el domingo por la noche no daba visos de amainar.
Los ataques del martes golpearon el pueblo de Termala, en Idlib, el bastión más grande de los rebeldes en el país, según Defensa Civil Siria, que manejaba una cifra de tres muertos. Uno de sus trabajadores falleció durante un rescate en la zona.
La violencia se ha disparado desde que las fuerzas del gobierno marcharon sobre la provincia en diciembre para recuperar una importante base aérea que habían perdido en 2015. La operación ha desplazado al menos a 200.000 personas, según Naciones Unidas. En la provincia viven más de un millón de personas.
Por otra parte, las operaciones turcas contra fuerzas kurdas sirias y las operaciones respaldadas por Estados Unidos y Siria contra el grupo extremista Estado Islámico han agravado la situación de los sirios en el norte y este del país.
También en Idlib murió el lunes un soldado turco, según el Ejército de Turquía, que están levantando un puesto de observación en la región. El soldado murió por la noche en un ataque con morteros y cohetes, señaló el Ejército. Cinco soldados turcos y un contratista militar civil resultaron heridos.
Turquía empezó en octubre a desplegar tropas para tareas de observación en Idlib, una región controlada por los rebeldes, dentro de un acuerdo de “desescalada” con Irán y Rusia para estabilizar las líneas del conflicto en el país devastado por la guerra.
Ese despliegue es independiente de la ofensiva militar turca lanzada el mes pasado para expulsar a los combatientes kurdos sirios, respaldados por Estados Unidos, del enclave norteño de Afrin.