QUITO, Ecuador, febrero 5 (AP)
Tras su contundente triunfo en el referendo para reformar la Constitución, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno logró su objetivo de quitarse de encima a su antecesor Rafael Correa, que ensombrecía su gestión, pero no queda exento de enfrentar nuevos enemigos políticos mientras delinea su programa de gobierno.
El domingo las siete preguntas propuestas por Moreno lograron un promedio de 68 por ciento de apoyo popular, lo que le permite consolidarse en el poder y apartarse definitivamente de Correa (2007-2017).
Los resultados de la consulta serán enviados por el Ejecutivo a la Asamblea convertidos en proyectos de ley para que se promulguen en alrededor de un mes.
Una de las principales consecuencias del referendo es que Correa ya no podrá postularse a la presidencia puesto que ahora los gobernantes sólo podrán estar dos períodos al frente del país.
Este lunes Correa compareció ante la fiscalía que investiga la venta anticipada de la producción de petróleo ecuatoriano a China y Tailandia. En una comparecencia ante periodistas el ex mandatario afirmó que ese mecanismo fue beneficioso para el país mientras decenas de ciudadanos gritaban a su favor y otras tantas lo insultaban en las calles.
El rol más desdibujado que tendrá ahora Correa en la política nacional favorece a Moreno, pero no lo exime de la pelea que puedan dar los adversarios que el ex mandatario había aglutinado a su alrededor.
“Ahora (Moreno) debe llegar a un gran acuerdo nacional que le dé gobernabilidad sobre la base de delinear claramente sus objetivos de Gobierno”, dijo el analista y constitucionalista Ramiro Aguilar a The Associated Press.
Moreno cuenta sólo con 47 de los 137 legisladores de la Asamblea por lo que los proyectos de ley e iniciativas del Gobierno necesitan el respaldo de la oposición.
“Moreno requiere apoyo legislativo y de ello depende su gestión de gobierno, por tanto necesita buscar alianzas”, dijo a AP el analista de la Facultad de Ciencias Sociales, Santiago Basabe.
Añadió que una de las primeras señales hacia la oposición sería oxigenar su gabinete para dar una imagen de apertura, porque “de lo contrario la inestabilidad podría estar a la vuelta de la esquina promovida por los correístas y por la oposición”.
La otra tarea que debe afrontar Moreno es manejar el déficit fiscal previsto para este año y continuar el pago de los intereses de la deuda externa sin afectar sus proyectos más emblemáticos como la construcción de 325 mil viviendas y los planes sociales de salud, educación y atención permanente de adultos mayores.