No hay manera de abordar a Frida Kahlo que no sea a partir de sus propios pensamientos, según Jesusa Rodríguez, directora de Las Cartas de Frida, ópera de toilette que iniciará temporada a partir de este día en el Centro Cultural Helénico.
Luego de su estreno en México en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz de la UNAM en 2013 y con funciones ese mismo año en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, el espectáculo regresa a los escenarios para ofrecer una nueva experiencia visual y un nuevo personaje interpretado por la propia Jesusa Rodríguez.
“Integramos a un personaje que ayuda a darle un sesgo más claro a la intención de revelar a esa Frida rebelde que en su época enfrentó a un régimen corrupto. Es interesante ver ese aspecto de los artistas que se juegan la vida por un proyecto y no sólo por su obra”.
De acuerdo con la creadora escénica y actriz, si bien el concepto de la obra es el mismo, fragmentos de cartas, notas sueltas y diarios personales de la pintora como hilo conductor, en el escenario se proyectarán los textos en puño y letra de la artista sobre una escenografía de papel, como si se tratara de una instalación efímera.
La acción se desarrolla en el baño de la pintora mexicana; es en la intimidad de ese espacio donde la razón, las emociones, las memorias y las ilusiones aparecen en una experiencia surrealista.
Fue la compositora Marcela Rodríguez quien advirtió la musicalidad en la escritura de Frida Kahlo y se dio a la tarea de reflejar este mundo artístico a través de la ópera.
“No hay una cronología. La idea fue escoger diez cartas que se pudieran cantar en cualquier orden. Aunque sabemos que Frida nunca se imaginó que sus textos pudieran ser cantados tienen un ritmo maravilloso. Era una gran escritora, sabe contar historias, lo que está sintiendo y viendo, tenía una facilidad literaria y un sentido del humor espectacular, un ojo clínico para ver quiénes eran los artistas buenos y cuáles no”.
La ópera de toilette es protagonizada por la soprano Catalina Pereda junto a los actores Alejandro Camacho y Carlos Brown. La producción es de Ópera Portátil, compañía mexicana de creación escénica dedicada a la producción y difusión de ópera de cámara contemporánea.
