Adela Hernández
TAMPICO, Tam.- Debido a la inseguridad, el Rastro Municipal de Tampico dejó de ser un negocio rentable al disminuir la matanza de 450 a 150 reses por semana.
Y es que los introductores del norte de Veracruz y la huasteca potosina lo dejaron de utilizar para evitar desplazarse por carretera.
“Se van a otra ciudad, o se van a otros ranchos como Pueblo Viejo o Tamos”, dijo Pedro Monsiváis Becerra, presidente de la Comisión de Rastro en el Cabildo de Tampico.
Explicó que para lograr que ese centro de matanza repunte se debe de aplicar más de medio millón de pesos en infraestructura.
Consideró que es una carga para el Municipio, pues se tienen que invertir más de 400 mil pesos en gastos de operación y no tiene ni 200 mil de ingresos.
Pese a ello dijo que no es conveniente cerrar sus puertas porque se propiciaría la creación de más centros de matanza clandestina que no cuentan con carne certificada por médicos veterinarios certificados por las autoridades correspondientes y sería un grave problema de salud.