CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Activistas y artistas realizaron el sábado una marcha, que más bien pareció una procesión fúnebre, por la “vaquita”, una especie de delfín que se encuentra al borde de la extinción, ya que quedan menos de 30 ejemplares.
Entre el batir de tambores y el tañer de campanas, cientos de personas encabezadas por una persona portando un cráneo tallado de vaquita atravesaron lentamente un parque del centro de la capital mexicana.
Los organizadores dijeron que no era una procesión fúnebre por la vaquita, una especie que solo se encuentra en el norte del Golfo de California, también llamado Mar de Cortés, y que ha sido diezmada por la pesca con red del totoaba, un pez considerado un manjar en China.
El informe más reciente de los expertos indica que quedan tal vez 18 ejemplares.
Hace un año había unos 30 ejemplares, y los expertos dicen que la reducción de 40% anual mantiene su nivel.
El biólogo y ambientalista Omar Vidal, quien montó una exhibición fotográfica de la vaquita, escribió que “hoy el futuro de la vaquita y la totoaba cuelga de un hilo”.
Su supervivencia depende de que las autoridades de los tres países (México, China y Estados Unidos) detengan la pesca ilegal y eliminen el tráfico y consumo de su buche”, escribió Vidal. “Pero dadas las condiciones actuales, sin embargo es muy probable que la vaquita se extinga pronto. Y que la totoaba y muchas otras especies legales le sigan”.
Un intento de capturar y encerrar algunos ejemplares para proteger la especie e intentar su procreación tuvo que ser abandonado porque una vaquita murió poco después de su captura.
La prohibición de emplear redes en el hábitat de este delfín se estrella contra las lanchas veloces de los pescadores furtivos que operan de noche.
Lorenzo Rojas, científico jefe de la campaña de conservación, asistió a la marcha del sábado y dijo que era un acto de “luto por las vaquitas que han muerto, pero de ninguna manera una procesión fúnebre”.
Los manifestantes, portando figuras de tamaño real del pequeño delfín, dejaron el cráneo tallado en el Museo de Antropología, anticipando que próximamente llegará el momento en que solo habrá vaquitas en los museos.
El biólogo Leonardo Montes, quien asistió a la marcha, dijo que “la esperanza muere al último, aunque los datos indican que es muy difícil que se recupere las poblaciones de la vaquita marina”.