diciembre 14, 2024
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El Momento de decir la verdad

febrero 19, 2018 | 291 vistas

Heriberto y Esther acudieron con una psicóloga que se especializaba en atender niños, a quien le dijeron la situación que estaba pasando y que la persona más importante en todo esto era Matías y que por lo tanto no querían afectarlo de ninguna manera, la psicóloga Aidé los escuchó muy atenta, y les recomendó que Matías podía acudir lo más pronto posible a sesiones con ella, dos veces por semana por una hora y media, lo iba a evaluar para determinar que grado de madurez presentaba el pequeño a sus cuatro años y medio  y de ahí partiría para saber de qué manera iba a llevar a cabo las sesiones, los papás del pequeño estuvieron en total acuerdo.

Pasaron las  primeras cuatro sesiones que Matías asistió con la psicóloga y ella ya tenía un diagnóstico que darle a Esther y a Heriberto, Matías era un niño muy noble, amable, inteligente y maduro para sus cuatro años y medio de vida, y en la conversación que tuvieron aparte de juegos y dinámicas que los psicólogos suelen utilizar en sus sesiones, el niño expreso el gran amor que siente por su mamá, por sus abuelitos, por su tía Nidia, por su esposo Jaime y por su bebé, al cual considera no solo un primo sino su hermanito menor, también mostró cariño hacia sus maestras y sus amiguitos y cuando mencionaron a Heriberto al niño se le llenó su rostro con una enorme sonrisa y dijo que lo quería mucho y que si un día alguien le quisiera regalar un papá el pediría que fuera Heriberto. El diagnóstico era muy positivo, ya que todo indicaba que el niño tomaría con madurez y con mucha alegría la noticia. Pero era muy claro que todavía no era el tiempo para decirle, sería mas adelante.

En la última sesión Aidé citó a Esther, Heriberto y a Matías, estando los tres presentes la psicóloga tomó la palabra y le dijo al pequeño que su mamá le quería hacer un regalo, que la escuchara con mucha atención, a lo que Matías muy emocionado giró su cabecita hacia su mamá, con una enorme sonrisa, unos ojos brillosos y con sus manitas aplaudiendo de lo emocionado al esperar que regalo le iba a dar su mamá,  Esther se le quedó viendo con una mirada de amor incondicional, y le dijo “Matías, hoy te voy a dar un regalo muy importante para ti, para tu vida, yo se que lo vas a recibir con mucho amor porque te hará muy feliz, no es un juguete, ni tampoco es un dulce, este regalo es una persona que te ama tanto como te amo yo, esa persona se ha dedicado a enseñarte muchas cosas y se que tu también lo amas demasiado, bueno Matías yo te regalo a tu papá Heriberto”, el niño gritó de felicidad y abrazó a su mamá la beso y muy emocionado le dijo que ese regalo lo hacia muy feliz y que lo había estado esperando y que le daba las gracias, al dejar de abrazar a Esther volteo haber a Heriberto quien con lagrimas en los ojos lo esperaba hincado en sus rodillas con los brazos abiertos esperando un abrazo de Matías, el pequeño de inmediato se fue a los brazos de Heriberto y los dos se fundieron en un abrazo, el niño le cuestionó a Heriberto que si aceptaba ser su papá a lo que respondió que el siempre había sido su papá y que si lo aceptaba. CONTINUARÁ…

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