YAKARTA, Indonesia (AP) – Cuatro agricultores de Indonesia y un niño de 13 años confesaron haber apuñalado, apaleado y disparado una pistola de aire 130 veces contra un orangután en peligro de extinción para proteger su cosecha de piña, informó la policía el lunes.
Los aldeanos descubrieron al orangután junto a un lago en el distrito de Kutai Timur, en la provincia de Kalimantan Oriental hace dos semanas. Fue trasladado a una clínica en un centro para la protección de los orangutanes pero murió mientras recibía atención médica.
El jefe de la policía local Yuliansyah dijo que cuatro hombres de su misma familia, incluido el niño de 13 años y su vecino, fueron detenidos la semana pasada.
«Todos los sospechosos han confesado que dispararon, apuñalaron y apalearon al orangután», indicó Yuliansyah. «Lo hice porque considerando que el animal era una peste que arruinó la plantación de la piña de la familia».
Una radiografía mostró al menos 130 balines de la pistola en el cuerpo del orangután, incluidos más de 70 en la cabeza, señaló el Centro para la Protección del Orangután.
La autopsia concluyó que el animal fue cegado por los disparos y que además tenía 17 heridas abiertas que se arrastraron con objetos agudos. El muslo izquierdo, el pecho y la mano izquierda muestran señales de golpes con un objeto contiguo.
De ser declarados culpables por haber violado la Ley de Conservación de Recursos Naturales, los sospechosos que son mayores de edad enfrentan una sentencia por hasta cinco años en prisión y multas por 7.400 dólares. El niño puede ser condenado por la mitad de la sentencia de los adultos y ser enviado a un centro de detención de menores.
Yuliansyah dijo que el joven puede continuar con sus estudios mientras resuelve el caso.
El número de orangutanes en Borneo y la isla indonesia de Sumatra ha desaparecido enormemente a partir de la década de 1970. Un nuevo estudio publicado la semana pasada, estimó que la población en Borneo ha decrecido más de 100.000 ejemplares desde 1999.
Los orangutanes son especies protegidas en Indonesia y Malasia, pero la deforestación ha reducido drásticamente su hábitat.