BAGDAD, Irak, febrero 19 (AP)
Al menos 27 combatientes paramilitares de una alianza de milicias chiíes en Irak murieron en una emboscada del grupo extremista Estado Islámico.
Las Fuerzas de Movilización Popular, un grupo conformado sobre todo por milicias chiíes, indicó el lunes que el ataque ocurrió el domingo en la noche en la zona de Al-Saadounya, al suroeste de la ciudad norteña de Kirkuk, durante una incursión de los paramilitares.
Los agresores se disfrazaron con uniformes militares y montaron un retén falso, dijeron las FMP. Los combates duraron al menos dos horas y algunos milicianos murieron, mientras que otros huyeron del lugar.
El general de brigada Yahya Rasool, portavoz del ejército iraquí, atribuyó el ataque a “células durmientes” del Estado Islámico y dijo que fuerzas iraquíes recorrían la zona para buscar a los responsables.
El Estado Islámico reclamó la autoría del ataque en un comunicado en su agencia de noticias Aamaq.
Karim Al-Nouri, vocero de las FMP, dijo que se trató de un “crimen atroz” y pidió una mayor inspección de los iraquíes que regresan a áreas liberadas del Estado Islámico. Dijo que los atacantes se aprovecharon de fuertes lluvias en la madrugada.
Hadi Al-Amiri, líder de la Brigada Badr, una de las milicias chiíes más prominentes, prometió “venganza”.
Hablando en una pista de aterrizaje en Bagdad a la que eran llevados los cadáveres, llamó a las fuerzas de seguridad mantenerse vigilantes y dijo que “la guerra contra el terrorismo no ha concluido”.
La oficina del primer ministro Haider Al-Abadi emitió una declaración en la que expresó condolencias a familiares de los muertos. Dijo que dio órdenes de perseguir a los responsables y otras células durmientes y de investigar el incidente y dar los pasos requeridos.
Al menos once de los militares muertos eran de la ciudad sureña de Basora, donde se declararon tres días de duelo.
Irak declaró victoria sobre el Estado Islámico en diciembre, luego de más de tres años de fuertes combates. El grupo conocido también por las siglas Isis ha sido expulsado de todo el territorio que ocupó en el verano del 2014, pero funcionarios estadounidenses e iraquíes han dicho que es probable que continúe lanzando ataques. El mes pasado, lanzó dos ataques suicidas en el centro de Bagdad que dejaron al menos 38 muertos.