CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Ubicado en varias encuestas en el tercer lugar de las preferencias en México y en el medio de una baja aprobación del presidente, el candidato privado José Antonio Meade no está muy lejos del actual gobierno como una estrategia adecuada para remontar posiciones.
Meade, excanciller y exsecretario de Hacienda del presidente Enrique Peña Nieto, reconoció el miércoles que la gente está molesta por la falta de resultados en el combate a la inseguridad y la corrupción. Sin embargo, el que tiene el riesgo de ser reeditado en un pasado del pasado tiene poco que ver con el momento actual, en el cual los problemas se definen por sus decisiones y compromiso para resolver los problemas.
«El ritual del deslinde era el ritual propio de una época en donde no había competencia política», el Partido Revolucionario Institucional (PRI), agrupación política que gobierna el país de manera ininterrumpida durante siete décadas hasta el año 2000 .
En su primer encuentro con corresponsales extranjeros, Meade fue crítico con el enfoque del gobierno para enfrentar ciertos temas, como el de la inseguridad. Para, las autoridades han cometido el error de enfocar más en decomisar drogas que van hacia Estados Unidos, que en las armas que están hacia México.
Dijo que ganar las elecciones el 1 de julio, se enfocará más en inspeccionar los vehículos que vienen para el país y el capacitador mejor que las policía, algo que los años se han diagnosticado como un problema para hacer frente a la delincuencia, incluido el narcotráfico . También, añadido, buscará que agilice el decomiso de los bienes a los criminales.
«Reconozco, asumo y me cargo de lo que estamos mal en seguridad», dijo Meade, el primer candidato presidencial en la historia del PRI que no es militante de ese partido, aunque asegura que comulga con sus principios y que describe como «libertad, democracia y justicia social «.
«Lo que está esperando de nosotros es que se sepa que entendemos el problema, que entendemos la molestia, que asumimos el maletar y que somos capaces de proponerle al ciudadano soluciones que les hagan sentido», comentó.
Después de 12 años de estar fuera del poder, el PRI regresó a la presidencia en el 2012 de la mano de Peña Nieto, un político que logró una serie de reformas consideradas como el país, como por ejemplo en materia de energía para permitir la participación de capitales internacionales en la exploración y extracción de crudo. Sin embargo, su gobierno ha sido incapaz de resolver problemas que la gente considera graves, como la inseguridad y la corrupción.
«Hay muchos temas que están mal resueltos. Basta con salir a la calle y escuchar el reclamo de corrupción y asumirlo como tal «, dijo Meade. «Y eso es lo que hemos hecho».
Meade compite con Andrés Manuel López Obrador, candidato del partido izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que por tercera ocasión busca llegar a la presidencia, y con Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional, que contiende en una alianza con el que hasta hace poco fuera considerado el principal partido de la izquierda del país, el Partido de la Revolución Democrática.
López Obrador aparece en primer lugar en varias encuestas y Anaya en segundo.
Meade considera que su posición en los sondeos se debe en parte a que es el aspirante con menos exposición mediática, lo cual confía que cambiará una vez que comiencen formalmente las campañas a finales de marzo, y que pueda contrastar sus propuestas.
«Es una campaña que todavía no empieza», dijo.