Moscú, 1 Mar (Notimex).- Los preparativos de Rusia para la inminente Copa Mundial de Futbol alcanzan todos los rubros, inclusive albergues para ebrios, que datan del principio del siglo pasado y tras su breve cierre, están renaciendo.
Ahora se trata de los aficionados que siguiendo a su equipo nacional, se pasen de copas. Cuando esto suceda, serán llevados al albergue donde al menos pasarán una noche.
La primera instalación de este tipo abrió en noviembre de 1902 en Tula, en el sur de Moscú, y tenía el encargo de reducir la tasa de mortalidad entre los trabajadores que bebían alcohol en exceso.
Dependían del ministerio ruso del Interior y desaparecieron de manera oficial en 2011, pero comenzaron a renacer en 2015, y se espera que encuentren otro auge de cara al próximo Mundial de Futbol.
Al cerrarlos, eran vistos como un recuerdo del sistema soviético, pero ahora se piensa en revivirlos en las 11 ciudades rusas sedes mundialistas, en medio de la opinión favorable de la sociedad, e inclusive operando sin apoyo oficial.
La primera ciudad rusa en comenzar la operación de estas instalalciones fue la suroccidental Samara, que abrió el primero hace tres años y ahora construyó otro cerca de la Samara Arena, a fin de estar cerca de los aficionados bebedores.
En esa ciudad rusa están programados seis encuentros, que enfrentarán a Costa Rica y Serbia, luego Dinamarca y Australia, Uruguay y Rusia y Senegal-Colombia.
Además, está previsto un partido más de octavos de final y otro de cuartos de final.
A la fecha estos asilos son temporales. Se recibe a los ebrios que son atendidos por un médico y una enfermera. Natañia Fyodorovna, que trabaja en el albergue que ya opera, entró en funciones luego de jubilarse como supervisora en un estacionamieno público.
Aunque explica a los albergados que no se trata de un hospital, el mobiliario y su ubicación lo recuerda, y su clasificación oficial es de puntos de revisión médica.
Este albergue se encuentra en los sótanos del hospital Semashko, y es admnistrado por la oficinal regional de narcóticos.
Aquí llegan personas ebrias recogidas de la calle, conductores pasados de copas, así como personas detenidas por vandalismo y hasta prostitución. Inclusive vienen conductores de autobuses antes de iniciar su jornada para ser inspeccionados.
Carecen de guardia policiaca fija, luego de que al principio los asignados policías rechazaron ese trabajo, sin embargo acuden si llega a ser necesario.
El asilo de bebedores recibe ropa y zapatos de un monasterio cercano, pues es común que el internado necesite algún tipo de vestido o calzado.
Tras dormir la borrachera, el internado puede solicitar tratamiento antialcohólico en cuyo caso es enviado a un centro de rehabilitación con un guardia, describe la versión electrónica de The Moscow Times.
O también pueden ser llevados a una estación de policía para responder por cargos de embriaguez pública donde la sanción habitual es una multa. Y al igual que los que escogen el tratamiento contra adiciones, sus datos pasan a un registro.
En la región de Samara ya operan seis albergues de este tipo, tres en la ciudad homónima y uno en cada una de otras tres localidades.
Por lo pronto en el hospital número 7, en las afueras de la ciudad de Samara, ya está listo un asilo para bebedores que recibirá a los aficionados alcoholizados que sean detenidos en la Arena Samara.
Y si los fans escandalizan en la zona reservada para ellos en la plaza Kuibyshey, entonces serán llevados al que funcionará en el hospital número 2.
Ambas instalaciones han tomado la experiencia de los asilos que operaron durante la Copa Confederaciones en junio pasado en Tatarstan.
Samara tiene la suerte de que no recibirá aficionados de Inglaterra, Alemania o Bélgica, conocidos por sus excesos etílicos, pero sí un juego de la selección rusa cuyo comportamiento de sus fans también es de cuidado.
