diciembre 11, 2024
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marzo 2, 2018 | 974 vistas

Redacción.-

Cd. Victoria, Tam.- La vida y obra de Enrique Cárdenas González dejó huella entre la población tamaulipeca, ya que ha sido uno de los gobernadores más queridos, por su trato sencillo y por todas las acciones ejecutadas, que beneficiaron a miles de personas.

A la fecha, hablar de don Enrique es hablar del gobernador, es hablar de aquel político sensible que despertaba todos los días a temprana hora para ejecutar su gestión gubernamental, con el sello del beneficio social, hasta altas horas de la noche.

Hablar de don Enrique es hablar de un incansable defensor de las causas sociales, noble labor que realizó hasta sus últimos días, siempre de la mano de una gran mujer, doña Bertha de Avellano. A continuación les presentamos una breve semblanza de su vida.

Enrique Cárdenas González nació en Ciudad Victoria un cuatro de febrero de 1927. Hijo de Francisco Cárdenas y Josefa González, forjándose su vida profesional en la cultura del esfuerzo.

Casado con doña Bertha del Avellano, procrearon seis hijos: Bertha (+), Laura, José, Enrique, Eduardo y Alejandro. Su matrimonio es visto como un ejemplo de lucha y labor social incansable.

En el terreno laboral, Cárdenas González inició su vida en la empresa privada, medio en el cual logró destacar hasta convertirse en empresario de los medios de comunicación, sector en cual incursionaría en un principio junto a sus hermanos Jorge y Jaime.

Fue en 1957 cuando los hermanos Cárdenas González iniciaron trasmisiones en este sector; posteriormente, don Enrique fortaleció su participación hasta crear una de las empresas de comunicación más importantes del estado: Organización Radiofónica Tamaulipeca (ORT), conglomerado de estaciones que siguen siendo líderes en el medio.

A la par de la vida empresarial, don Enrique comenzó a incursionar en la actividad pública en la década de los sesentas; fue en aquellos años cuando se reencontró con su amigo de sus primeros años: Luis Echeverría Álvarez, a la postre Presidente de México, con quien fortaleció una entrañable amistad, que ha perdurado hasta la fecha.

Cárdenas González fue invitado por Echeverría, en aquel entonces Subsecretario de Gobernación, para presidir la Comisión Estatal Electoral en 1963, convirtiéndose así en el árbitro electoral en las elecciones estatales de ese año, en donde condujo con transparencia y severidad el proceso electoral.

Posteriormente, en su trayectoria política, fue designado candidato a alcalde de Victoria, en 1969, competencia que ganó, por lo que ejerció el cargo hasta que su partido de siempre, el Revolucionario Institucional (PRI) lo postuló al Senado de la República, representando a Tamaulipas, cargo que compaginó como Secretario de Acción Social del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

En enero de 1972, el presidente Echeverría lo nombró Subsecretario de Investigación y Ejecución Fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), puesto desde el cual dio un fuerte impulso a uno de los actuales pilares de la economía nacional, como fue la instalación de industrias maquiladoras.

Fue en el año de 1975 cuando el PRI lo nombró candidato a la gubernatura, elección que ganó gracias al respaldo de la ciudadanía tamaulipeca, a quien se ganó debido a su sencillez y trato amigable, ya que hizo una de las campañas más allegadas a la población y fue uno de los candidatos a la gubernatura que más comunidades de la entidad visitó, sobre todo del área rural.

Su sexenio se caracterizó por ser un fuerte impulsor del desarrollo agropecuario. Con su programa “Revolución Verde”, don Enrique encabezó uno de las etapas más importantes para el campo tamaulipeco.

“Que solo los caminos queden sin sembrar”, habría dicho en su discurso al poner en marcha este programa que benefició a todos los campesinos de la entidad y que puso a Tamaulipas como una de las entidades líderes en la siembra de diversos productos, pero no solo eso, sino que también fue el estado que encabezaba en el país las exportaciones de maíz, cítricos, sorgo y algodón, entre otros, llegando a convertirlo en “El Granero de México”.

Además, como Gobernador, impulsó la modernización de las ciudades más importantes del estado, como es el caso de la propia Capital, en cuyo mandato se construyó la Unidad Cívico Gubernamental, que en su momento constituyó el sistema de infraestructura gubernamental más moderno del país.

Don Enrique es uno de los ex mandatarios más queridos de Tamaulipas y todavía, a casi 40 años de haber dejado el poder, mucha gente lo sigue recordando con mucho afecto, por el trato sencillo que siempre tuvo con los tamaulipecos.

Quienes trabajaron con él, ya sea en el sector público o en el privado, lo consideran como un líder nato que siempre los condujo con la idea de servir a la gente, y no servirse de ellos.

Don Enrique continuó en el ámbito político de Tamaulipas y para las elecciones de 1991 fue postulado como candidato a Senador suplente, que un año después ejercería luego de que el propietario, Manuel Cavazos Lerma, fuera nombrado candidato al Gobierno del Estado.

Tras concluir su periodo como legislador, Enrique Cárdenas González se retiró de la actividad pública, sin embargo, siempre estuvo atento a reuniones, eventos, informes y asambleas de su partido para participar de manera activa en las decisiones que marcaron la historia reciente del estado.

Hacia el final de su vida, don Enrique se mantuvo firme en sus convicciones, desarrollando acciones a favor de quienes menos tienen y que seguían acudiendo a él como si aún fuera Gobernador de Tamaulipas, dejando así una huella indeleble en la historia política y social de esta región de la República Mexicana.

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