Rubén Jasso.-
Cd. Victoria, Tam.- Hombre de trabajo y estudioso del futbol. Poseedor, además, de una enorme visión para detectar y pulir las habilidades de niños y jóvenes para el balompié, catapultando a muchos de ellos hacia las altas esferas del profesionalismo.
Con un impresionante currículum deportivo que empezó a escribir hace más de 35 años, hoy en día Mario Alberto Coronado Hernández es uno de los entrenadores victorenses más reconocidos y galardonados por esa incansable tarea que realiza en la actualidad con el respaldo del Club Pachuca, institución que se ha destacado desde hace mucho tiempo, por apostarle al “semillero” de futbolistas en toda la República Mexicana.
Su inquietud por descubrir talentos y a la vez por darse cuenta que hacían falta espacios y personas que reunieran niños para encaminarlos mediante una preparación adecuada y un objetivo bien definido, llevó a Mario Coronado a echarse a cuestas una tarea que al principio no fue nada sencilla, pero le permitió sentar las bases para los procesos que encabeza de manera exitosa en el presente.
“Hace 36 años vivíamos en el barrio de la ‘placita’ Primero de Mayo y había un grupo de niños que no alcanzaban un equipo en los torneos que antes eran del Inde (Instituto del Deporte a nivel nacional), o los que eran de la CNOP y ahí los empecé a juntar en la ‘plazita’ Primero de Mayo y los inscribimos como equipo y ahí fueron nuestros inicios”, dice al comenzar una charla con este medio.
Por aquel entonces no había tantos campos infantiles y jugaban solamente en la canchita Enrique Borja cuando estaba recién inaugurada, aunque acepta que ese primer año fue como un aprendizaje, pero afortunadamente en un corto tiempo logró integrar un equipo sólido, que después asumió un rol protagonista en Ciudad Victoria.
“Fue una etapa donde yo empiezo con ese grupito de niños, el primer torneo me metieron 136 goles, una cosa de esas y metimos un gol y el gol fue felicidad y de ahí empezamos, ya el siguiente año fue muy rápido el proceso y había muchos niños que jugaban muy bien al futbol en otros equipos y (también) el mismo grupito que ya teníamos, al grado que fuimos campeones”, señala.
Al poco tiempo empezó a trabajar junto a otro reconocido entrenador en nuestra Capital, aunque menciona que por una u otra causa, se fue perdiendo en el camino el talento de muchos futbolistas.
“Luego fui invitado a unirme en el club con el profesor Gabriel Vargas y empecé a trabajar junto con él en una escuelita de futbol que se llamaba Búhos y ahí empecé a trabajar más fuerte, al lado de ‘Gaby’ Vargas y empezamos a crecer, pero no teníamos puertas abiertas a nivel profesional, de (fuerzas) básicas no había y se perdieron muchos talentos”, reconoce.
Ante esa situación, un día Mario Coronado decidió entablar un trato con el Club América con la finalidad de empezar a abrir puertas para esos futbolistas, asumiendo el compromiso de llevar a quienes resultaran campeones en Copa UAT a las instalaciones del equipo azulcrema en la Capital del país.
“Los llevaba a competir contra los equipos del Club América y ahí conocí personajes como el profesor Ángel González ‘el profe Coca’, quien posteriormente me abrió las puertas en América, en Cruz Azul, en Pachuca, él me invitó a trabajar en el proyecto de Tuzos en la formación de jóvenes de alto rendimiento y fue lo que dio más auge de poder llevar ‘chamacos’ y que ya no se perdiera tanto el talento”, destaca.
Sin afán de presunción, Coronado Hernández menciona que él fue pionero en esa labor de detectar talentos en Victoria y gracias a un esfuerzo de muchos años y también de mucha gente, hoy en día existen bastantes escuelitas de futbol en nuestra Ciudad y, por ende, más oportunidades para que niños y jóvenes puedan llegar un día al futbol profesional.
Regresando un poco en el tiempo, el experimentado entrenador se muestra sumamente agradecido con quienes creyeron en su proyecto hace más de 30 años, que se llamó en un inicio “Escuelita Primero de Mayo”, recordando el respaldo que les brindó una tortillería al igual que un reconocido comerciante, “Hubo un personaje importante que llegó y le dio mucho apoyo a los niños, a mi persona, Roberto Reyes, don Roberto, el equipo era Dulcería Saltillo, él fue quien nos entregó unos uniformes y ahora sí que parecían futbolistas”, dice en tono de broma.
Ya en la década de los 90’s, el trabajo de Mario Coronado en la formación de futbolistas era ampliamente conocido, sin embargo, por motivos laborales estuvo cerca de abandonar esa labor, aunque terminó por quedarse y posteriormente vendría un cúmulo de éxitos con futbolistas que actualmente militan en el profesionalismo.
“Te cuento un poco de la historia, lo que pasa es que yo tengo un niño, Luis Mario, bueno es un joven, nacido en el 90, entonces yo en esos tiempos por cuestiones que yo trabajaba en el IFE ya no tenía tanta oportunidad de estar con los niños y traté de retirarme, pero mi hijo empezó a decir que quería jugar y que quería jugar y traté de persuadirlo, pero no se dejó, y qué bueno que no se dejó, porque de ahí vienen muchos éxitos para Ciudad Victoria, para Tamaulipas y para México”, dice con orgullo.
Y es entonces que logró reunir a una importante camada de jugadores que hoy en día han hecho cosas importantes en el futbol mexicano e incluso han militado en el extranjero.
“Nos toca la suerte de que Carlos el ‘Gullit’ Peña es de la misma edad de mi hijo, Armando Pulido es un año más grande, Alan Pulido es un año más chico, ahí estuvo también Ismael Pineda Jácome, un talento que llevamos a Morelia, el cual hizo toda su carrera por allá y que le fue excelentemente bien y ahí se viene ese proceso”, menciona.
De Armando Pulido afirma que sus cualidades como goleador saltaban a la vista y prueba de ello fue que en el primer torneo que lo dirigió anotó 137 goles en el año futbolístico, aunque reconoce que después fue su padre quien lo fue llevando en posteriores procesos.
“Con el que más trabajé fue con el ‘Gullit’, porque a él si me tocó llevarlo de la mano hasta Pachuca y ser parte importante en el proceso de él, también tuve el gusto de trabajar y ser campeón al lado de Alan Pulido, del ‘Kid’ Herrera (hijo), de ‘Chucho’ Paz, del mismo Ismael Pineda y de Iván Pineda, que ahorita se encuentra en Correcaminos”.
Otro joven que también impulsó desde pequeño fue Adrián “El Sonrics” Vázquez, mundialista en la categoría Sub-17 con la Selección Mexicana y quien actualmente milita en Pachuca Sub-20.
Sobre Alan Pulido, reconoce que si bien lo dirigió de pequeño, fueron sus padres quienes buscaron las instancias para promoverlo en aquel entonces a los Tigres, donde estuvo por varios años.
Entre las anécdotas y experiencias que Mario Coronado recuerda es un campeonato logrado justamente con los jugadores ya mencionados en un Nacional Sub-8, derrotando en penales a Nuevo León, equipo que contaba entre sus filas ni más ni menos que con Giovanni y Jonathan Dos Santos.
Un año después, acuden a otro Nacional a Yucatán y dan la “campanada” venciendo al equipo anfitrión con dos “golazos” de Carlos el “Gullit” Peña para que Tamaulipas conquistara el campeonato, destacando también elementos como Armando Báez, Mario Colunga y Luis Mario Coronado, entre muchos otros.
Y así como ha cosechado éxitos en categorías infantiles, con jugadores juveniles también cuenta con muchas historias dignas de destacar.
“Tengo nueve torneos ‘Benito Juárez’ ganados, que son Sub-17, de los cuales tenemos única y exclusivamente un subcampeonato, porque es un torneo muy bravo y muy difícil”, apunta.
Y agrega: “A nivel estatal hemos ganado todos los estatales de todas la categorías que promueve el Sector Aficionado, incluyendo y repitiendo varias veces el Sub-17, la verdad es que nos ha ido muy bien”, sostiene.
Sobre la labor que realiza con el respaldo del Club Pachuca de Primera División, Coronado Hernández destaca que es una organización que busca talentos en cualquier recodo del país y en Tamaulipas no es la excepción, porque a la postre desean catapultarlos también a la Selección Mexicana y al extranjero. “Ellos se hacen cargo de la formación, del cien por ciento de estudios, alimentación, hospedaje, de todo se hace responsable el club, ellos están interesados en que lo menos que se puedan a echar a perder talentos”, reitera.
Al cuestionarlo sobre alguna posición que sea muy difícil de encontrar en el futbol mexicano, sin dudar responde que falta un central zurdo, pero tampoco saben si existe alguno en el país y es algo que Pachuca busca desde hace mucho tiempo.
Sobre los cambios de posiciones que hacen los técnicos con algunos jugadores, menciona que un entrenador siempre busca lo mejor para su equipo y también para el futbolista y puso como ejemplo el caso del victorense Julio Pérez, jugador de categoría 2002, quien se fue para Pachuca porque los Tuzos pedían un “punta”, un goleador, pero un día al acudir a un congreso lo vio desempeñándose como central, labor que hacía con gran solvencia.
Respecto a la diaria labor que realiza con los equipos de Pachuca Sutspet, el entrenador destaca el número de futbolistas que se vienen formando en las distintas categorías de dos torneos.
“Ahorita estamos trabajando con alrededor de 260 niños, tenemos diez equipos del centro de formación divididos en las categorías de Cracks, Biberones, Dientes de Leche, Uatitos, Bip Bips y Juvenil en lo que es Copa UAT y aparte participamos con seis equipos en la Copa TAM, que alberga también infantiles y juveniles”.
La entrevista estaba por terminar, pero antes, Mario Coronado reveló un deseo que espera ver realizado un día, “Yo sueño y creo mucho en Correcaminos, la verdad yo sueño que un día el cien por ciento de las fuerzas básicas incluyendo Segunda, Tercera, sean puros jugadores de Ciudad Victoria, o en su defecto puros tamaulipecos, porque aquí hay mucho talento, yo creo que sí soñamos creo que sí se puede lograr eso, porque tenemos una gran Liga que el Club Correcaminos no la han sabido aprovechar que es la Copa UAT”, expresa.
Y añade: “La verdad que la Copa UAT ahorita tiene alrededor de cuatro mil niños deportistas y de esos cuatro mil, dos mil 500 son de alto rendimiento, o sea si de ahí no sacas 12, 18, 40 elementos, (entonces) qué vas a hacer”, cuestiona.
Por último, manifiesta su agradecimiento a muchas personas que lo ha respaldado en todos estos años, incluidos su esposa e hijos. “Tengo una familia futbolera que ese ha sido el gran éxito, a mi esposa le gusta mucho el futbol, a mis hijos, mi hija, o sea todos son futbolistas y aparte tengo un grupo de diez entrenadores en mi escuelita que me apoyo mucho en ellos”, refiere.
Y también menciona a Luis Gerardo Yáñez Niño (+), “a él le debo mucho, le aprendí mucho y otra de las personas que siempre nos ayudó, que nunca escatimó un esfuerzo es el ingeniero (Humberto) Filizola, él siempre estuvo al pendiente y siempre estuvo cerca y siempre saludó a los niños y se preocupó y preguntó por el ‘Gullit’ y por el otro y el otro”.
Con sincera gratitud, reitera que son tantas personas las que han estado a su lado que no terminaría de contarlas y su mayor orgullo es ver ya realizados en su vida familiar y laboral a muchos de sus ex pupilos, “Tenemos doctores, ingenieros, tenemos de todo, obviamente grandes muchachos, algunos ya casados, otros no, algunos ya con mucha familia, pero todos con un éxito en la actividad que desarrollan y ese es el gusto más grande que tengo”, concluye.