diciembre 12, 2024
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marzo 9, 2018 | 695 vistas

José Gregorio Aguilar

Cd. Victoria, Tam. – Cientos de victorenses abarrotaron la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús para despedir al padre David Martínez Reyna durante una misa de cuerpo presente que ofició el Obispo Antonio González Sánchez.

En punto de las 13:00 horas el pueblo católico, como uno solo, acudió a la homilía en honor de quien por más de sesenta años dedicó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia promoviendo incontables acciones sacerdotales a través de su ministerio en diferentes parroquias y templos religiosos del Estado.

Ante el féretro, el Obispo, acompañado por casi 60 sacerdotes que conforman la Diócesis de Victoria, destacó que Martínez Reyna fue un hombre que cumplió con la misión de anunciar el evangelio de Cristo y predicó con celo la palabra de Dios.

“Presidir la eucaristía, anunciar el evangelio y esto lo hizo por gracia de Dios por más de sesenta años. Obviamente, en esta misa pedimos por él, obvio, porque Dios es el que conoce y es el que perdona, pero pedimos por él llenos de confianza y de esperanza sabiendo y afirmando la palabra de Cristo: Todo el que vive y cree en mí, no morir; yo soy la resurrección y la vida”.

Me parece importante reflexionar en el texto evangélico que hemos escuchado: “hoy estarás conmigo en el paraíso y ayer, cerca de las 2:00 pm, el padre David escuchó esa palabra, llena de fe, de amor y de ternura. Estoy seguro que el padre David escuchó de cristo la misma frase hoy estarás conmigo en el paraíso”, agregó.

Al mismo tiempo, el líder de la Iglesia Católica convocó al pueblo católico unirse en la esperanza para que Monseñor hoy esté gozando en la presencia de Dios “y que le pidamos a Dios que la muerte física del padre nos traiga también vocaciones sacerdotales para nuestra Diócesis”.

El, en su camino terrenal, repito, predicó y sembró la semilla del evangelio. Vamos a pedirle a Dios que eso que él hizo durante su vida terrena Cristo lo tome como ofrenda y nos conceda a nuestra Diócesis muchas ofrendas sacerdotales.

Demos gracias al buen padre Dios, por su vida sacerdotal y que le pidamos que acepte su muerte física para que nos dé vocaciones sacerdotales, concluyó en su mensaje.

Tras la homilía, el Obispo Antonio pidió a los asistentes dedicar unos momentos de oración en honor al querido y aclamado sacerdote, para después arrojar agua bendita al féretro el cual fue levantado por los sacerdotes que enfilaron hacia la salida de la Catedral mientras que cientos de personas lloraban su partida y brindaban un fuerte aplauso y hasta porras en señal de reconocimiento y cariño a Monseñor Martínez Reyna cuyos restos mortales fueron sepultados en el panteón del Refugio.

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