La Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura rinde homenaje a la mujer mexicana, portadora vital de la herencia cultural, transmisora de conocimientos, lengua, tradiciones, saberes y técnicas artesanales con la exposición “Que viva el norte de México”
La muestra, confeccionada con técnicas heredadas a través de varias generaciones y enriquecida con símbolos bordados o tejidos a mano de cada comunidad, está integrada por 16 trajes tradicionales, pectorales y otros accesorios que forman parte de la colección del Museo Nacional de Culturas Populares y Colección María Esther Zuno de Echeverría “Vestidos de Tradición, Por Amor a México”.
Esta muestra se complementa con fotografías del archivo gráfico del Museo, producto de la lente de Walter Reuter y George Jackson Jr. quienes retrataron además de costumbres y tradiciones, rituales y otras expresiones culturales de los seris, rarámuris, kikapoos, tepehuanos, yaquis, mayos, cucapás y kumiai, habitantes de los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Baja California y Baja California Sur.
En esta exposición se podrá admirar el traje rarámuri, compuesto de faldas largas y amplias de tela industrializada y una faja de lana tejida en telar de cintura, la cual representa una víbora, relacionada con la curvatura de la tierra; símbolo que se repite en otras partes de Mesoamérica.
Las mujeres kikapoos que habitan el estado de Coahuila, así como varias comunidades de Kansas y Oklahoma, en los Estados Unidos, visten chamarras de piel de venado, faldas largas de algodón y los vistosos “tehuas”, mocasines de piel bordados con chaquira. En el caso de las tepehuanas, de Durango, portan vestidos de tela de algodón, delantal a la cintura y accesorios como el morral bordado, con elementos de sus rituales como el sol y el peyote, entre otros símbolos.
En otros estados como Nuevo León y Tamaulipas, por su cercanía con la frontera norte, la indumentaria responde a otras características culturales. En Nuevo León, por ejemplo, se usa el traje para bailar redovas y polkas, compuesto por vestidos largos, manga larga y cuello alto con encaje, acompañado con botas norteñas.
Mientras que en Tamaulipas son famosas las “cueras”, llamadas así porque en su elaboración se utiliza piel de becerro o venado. El traje completo se compone de falda y chamarra, adornadas con flequillos y bordados con grecas o flores de anacahuita
En Baja California Sur, ante la falta de un traje representativo, en 1954 el Gobierno del Estado realizó una convocatoria para su elaboración, resultando ganadora la propuesta “Flor de Pitahaya”, planta característica del desierto.
Esta exposición es una excelente oportunidad para que el público conozca y valore la herencia del trabajo artesanal de las mujeres de cada uno de los pueblos indígenas y mestizos del norte de México, representados a través de sus trajes tradicionales.