Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.- Por las bajas temperaturas y heladas registradas en la temporada invernal, en la mayor parte de Tamaulipas existe material combustible, que sumado a la sequía y el periodo de calor que pudiera venir, puede generar incendios forestales que incluso, podrían superar las estadísticas registradas en el 2017.
Carlos Argueta Spinola, encargado legal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), recordó que los incendios son las principales causas de deforestación, que además de contaminar el aire y agua, aumentan los efectos de gas invernadero, degradan los suelos, aumenta la erosión y los efectos negativos a ecosistemas y la población, de ahí la importancia de prevenirlos al máximo.
Al dar por iniciada la temporada de incendios forestales 2018, misma que abarca de marzo a agosto de este año, reveló que durante el 2017 se registraron 17 conflagraciones, afectando dos mil 600 hectáreas, cuyos arbustos y matorrales se restauran entre diez y 12 años, además de arbolada adulta, cuyo periodo de recuperación es prácticamente el doble.
En una breve ceremonia realizada en las instalaciones del sistema estatal de Protección Civil, en la que participó su titular Pedro Granados Ramírez, además de brigadistas que combaten este tipo de incendios, expuso que los municipios más afectados en el año pasado fueron siete, entre estos el de mayor daño fue Jaumave.
Reveló que a la fecha se han registrado siete incendios en lo que va de este año, con una afectación de apenas 86 hectáreas, que comparativamente al mismo periodo del 2017 es nada, tomándose en cuenta que en ese tiempo 896 hectáreas habían sido consumidas por el fuego.
“También se debe a la disminución importante a la actuación de quienes forman parte de las brigadas, los que habrá que reconocer, atienden con mayor prontitud los incendios forestales, por eso se ve la cantidad reducida de superficie”, destacó.
Comentó que afortunadamente existe una estrecha coordinación con dependencias como Protección Civil y los ayuntamientos, lo que permitirá reducir al máximo la presencia de incendios durante la temporada que abarca marzo-agosto, no obstante a que algunos ya se adelantaron.
