Bogotá, 17 Mar (Notimex).- El periodismo se debe volver a profesionalizar, rescatar sus fundamentos éticos, buscar antídotos como una forma para enfrentar el fenómeno de las noticias falsas en las redes sociales, plantearon en esta capital periodistas mexicanos y colombianos.
Los periodistas mexicanos Javier Solórzano, María Elena Meneses, Jeanine Mondragón, Gabriel Guerra, y los colombianos Juan Lozano, Ricardo Corredor y Laura Gil, participaron esta semana en Bogotá en el conversatorio «Fake News, Democracia y Posverdad», organizado por la embajada de México en Colombia.
El evento tuvo lugar en el marco de las actividades que se realizan este semestre con motivo del Año México-Colombia, con el objetivo de generar un diálogo sobre la práctica del oficio periodístico y los retos que tiene frente a las informaciones falsas.
Los comunicadores expusieron sus diferentes opiniones frente a este fenómeno de las noticias falsas, conocidas como «fake news», que cada día más inundan las redes sociales, afectando al periodismo y a las propias democracias a nivel mundial.
La profesora Meneses, quien es investigadora de la Universidad de Monterrey, recordó que las «fake news» empezaron a tener relevancia durante y después de la campaña política que llevó a Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos.
La maestra mexicana citó una reciente investigación, según la cual, siete de cada 10 personas que fueron entrevistadas plantearon que estaban seriamente preocupadas por las noticias falsas y lo más grave es que el 59 por ciento de la muestra planteó que no podía distinguir entre “la verdad y la no verdad”.
Meneses consideró que las noticias falsas no son un problema nuevo. «La desinformación siempre ha estado presente. Lo novedoso de la desinformación y las noticias falsas en esta época, es que están en las redes sociales que las dispersan en segundos».
En ese sentido, planteó que las personas con cuentas en internet se convierten en “nodos replicantes» de esa información falsa, que es un “objeto esquivo y volátil de difícil control (…) Para mí una noticia falsa es aquella que es creada deliberamente para desinformar, y tiene su materialidad en las redes sociales”.
“Esta ola de engaños nos debe preocupar mucho porque la información es la guía de una democracia (…) que requiere que sus ciudadanos estén bien informados”, indicó la investigadora, quien advirtió que además se trata de un problema de escala transnacional, lo cual «complica mucho su regulación”.
En su opinión, la solución a este fenómeno de noticias falsas es un trabajo multisectorial por parte de periodistas, empresas, gobiernos e investigadores, es decir, el conjunto de la sociedad con todas sus instituciones.
“Es el momento de la colaboración, es la gran oportunidad del periodismo de retomar ese papel que se ha erosionado por el advenimiento de la penetración de redes sociales”, enfatizó, al tiempo que abogó por la autorregulación.
La clase política de los diferentes países tienen la responsabilidad de auto regularse y dejar de fabricar noticas falsas, al igual que los expertos en relaciones públicas, los estrategas de campaña que deben tener la firmeza de rechazar la promoción de información falsa para favorecer a sus clientes.
Para Solórzano, quien fue el moderador del conversatorio, el oficio del periodismo se mantiene vigente, aunque consideró que en la era digital es urgente reprofesionalizarlo y volver a lo básico «de informar con el quién, qué, dónde, cuándo y el por qué”.
Afirmó que los periodistas «no pueden dejar de ser acuciosos y entender que el poder político y los medios “son íntimos amigos, y eso es importante entenderlo. Las estructuras de poder y de los medios no han cambiado”.
«Es necesario revalorar la profesión de periodista, no perder de vista valores fundamentales históricos del periodismo como la ética, no perder el respeto a la persona, ser críticos del poder. Si no somos crítico del poder, nuestra información se diluye”, añadió Solórzano.
El periodista colombiano Juan Lozano, director de un noticiero de la televisión local, consideró que se debe aprovechar con responsabilidad la oportunidad “que nos da la masificación de la información para ampliar la democracia, encontrar los antídotos para que esta multiplicación de noticias falsas no termine destruyendo los valores que tenemos”.