CIUDAD DEL VATICANO, marzo 30 (Notimex)
Al cerrar el viacrucis de Viernes Santo en el Coliseo Romano, el Papa Francisco llamó a todos a sentir vergüenza por un mundo lleno de guerras, por la ambición y la vanagloria, por la indiferencia y el egoísmo.
Desde lo más alto del Monte Palatino y ante más de 20 mil personas congregadas en la explanada ubicada junto al antiguo anfiteatro romano, el Papa pronunció una oración para pedir a Dios vergüenza, arrepentimiento y esperanza.
Llamó a sentir vergüenza por escoger el poder, la apariencia, el dios dinero y la mundanidad antes que la eternidad. “La vergüenza de haber perdido la vergüenza”, dijo.
“La vergüenza porque tantas personas, e incluso algunos de tus ministros, se dejan engañar por la ambición y la vanagloria perdiendo su dignidad y el primer amor”, siguió el pontífice.
“Vergüenza porque nuestras generaciones están dejando a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras, un mundo devorado por el egoísmo donde los jóvenes, los pequeños, los enfermos, los ancianos son marginados”, añadió.
Más adelante pidió arrepentimiento, para curarse de la lepra del odio, del egoísmo, de la soberbia, de la avidez, del afán de venganza, idolatría y codicia.
El jerarca de la Iglesia católica urgió a tener esperanza para que las personas y los pueblos sepan que sólo el bien puede vencer el mal y la maldad; sólo el perdón puede abatir el rencor y la venganza; sólo el abrazo fraterno puede deshacer la hostilidad y el miedo del otro.
Destacó el ejemplo de muchos consagrados y miembros de la Iglesia que manifiestan la caridad en un mundo devorado por la lógica de la ganancia fácil.
“La esperanza de los misionarios que desafían la atormentada conciencia de la humanidad arriesgando la vida para servir a los pobres, a los descartados, a los inmigrantes, a los invisibles, los explotados, los hambrientos y encarcelados”, constató.
Defendió también a la Iglesia, que “es santa”, pero “formada por pecadores”, la cual continua “no obstante todos los intentos por desacreditarla”, buscando iluminar la humanidad como modelo de altruismo y “arca de salvación”.