Es una enfermedad psicológica grave que entra en el grupo de los trastornos afectivos; se caracteriza porque tiene una evolución crónica, no tiene cura, pero se puede controlar. Se trata del Trastorno Bipolar.
- Los últimos estudios a nivel nacional e internacional señalan que en México existen más de 3 millones de personas con Trastorno Bipolar, el 70% de ellos fueron mal diagnosticados por médicos de primer contacto. Los especialistas señalan que el desconocimiento de la población respecto a este trastorno no ayuda para una detección oportuna.
El padecimiento ocasiona alteraciones a nivel social, familiar y laboral, y es considerado como una de las patologías con mayor discapacidad en el mundo; por ello es importante que las personas sepan distinguir entre depresión, ansiedad, hipomanía y manías.
¿Cuales son los síntomas?
Clínicamente se caracteriza por episodios depresivos, de hipomanía y de manías.
- Episodio depresivo: la persona demuestra tristeza, llanto fácil, cansancio, fatiga, aislamiento, desesperanza, ideas de muerte y altos grados de suicidios. Además, presentan alteraciones en el sueño y en el apetito.
- Episodio maniaco: el paciente refiere euforia, pero no genera bienestar ni placer, se vuelve irritante, intolerante, agresivo y demandante. Hay disminución en el sueño y todo el tiempo está activo, quiere hacer muchas cosas pero ninguna de éstas las termina.
Son personas muy impulsivas que incluso llegan a poner en riesgo su vida porque no miden peligros. Llegan a realizar gastos exagerados, se endeudan, hacen viajes sin tener dinero ni haberlo planeado, tienen relaciones sexuales fortuitas que no le generan placer debido a que mantienen elevado el libido. - Episodio de hipomanía: presentan la misma sintomatología de la manía, pero a menor escala.
Cuando el trastorno se encuentra en etapas avanzadas los pacientes pueden presentar:
- Problemas de concentración
- Poblemas de la memoria
- Pensamiento desorganizado
- Errores de juicio y de conducta
En la etapa avanzada los síntomas se incrementan en número y en intensidad con una duración mayor a dos semanas.
El trastorno tiene su origen en la infancia, pero no se está diagnosticando de manera adecuada durante las etapas de infancia y adolescencia, por ello se considera que desde el inicio del trastorno hasta que éste es diagnosticado ya habrán pasado 10 años.
Con información de: www.unotv.com