Toronto, 1 Abr (Notimex).- Alrededor de cuatro mil canadienses mueren por sobredosis de opioide, mientras que las muertes por accidente automovilístico llegan a dos mil 66, reveló hoy un informe.
2017 quedará marcado en Canadá como el año récord en muertes por sobredosis, según datos de la Agencia de Salud Pública.
Las cuatro mil muertes por sobredosis son una tercera parte más que las registradas en 2016, pese a que desde el año pasado el gobierno federal ha implementado mecanismos para controlar el exceso de consumo de sustancias opioides como el fentanilo.
El fentanilo es una droga 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Las muertes por sobredosis superaron en forma combinada a las causadas por accidentes de vehículo (dos mil 66) y de homicidios (611). Se sabe que en el 92 por ciento de los casos las muertes por sobredosis fueron accidentales.
Entre las provincias canadienses que registraron en 2017 el mayor número de muertes por sobredosis se encuentran: Columbia Británica (mil 138); Ontario (942); Alberta (546); y Quebec (93), según cifras de a Agencia de Salud Pública de Canadá.
En meses recientes se ha criticado el uso de fentanilo por ser una droga muy potente. De hecho esta droga mató el año pasado a 84 canadienses en Columbia Británica, 77 en Alberta, 68 en Ontario y 74 en Yukon, uno de los tres territorios indígenas de Canadá.
Entre las medidas implementadas por el gobierno federal están el establecimiento de sitios supervisados donde las personas adictas o que requieren el opioide para controlar un dolor crónico se puedan inyectar; instalar más centros de prevención de sobredosis; reducir las barreras para acceder a otras opciones de tratamiento; y una campaña permanente de educación y prevención.
Sin embargo, para Petra Schulz, madre de un joven chef de Alberta que murió en 2014 por sobredosis, el problema radica en el “estigma” de que el consumo de estas drogas es un acto criminal, por lo que muchos adictos no acuden a pedir ayuda.
Actualmente, el Parlamento Federal analiza la propuesta del primer ministro Justin Trudeau de legalizar el consumo de marihuana para uso recreativo, lo cual ha enfrentado críticas de senadores por considerar que carece de una entidad federal que controle la aplicación de la nueva ley.
La ministra de Salud, Ginette Petitpas Taylor, reconoció que el estigma hace que muchos adictos no acudan a los centros de apoyo, pero afirmó que por el momento el gobierno no considera su legalización o descriminalización como una posibilidad a mediano plazo.
La ministra anunció esta semana que muy pronto la heroína, que sólo puede ser administrada legalmente en hospitales, podrá ser prescrita por médicos y administrada por enfermeras en clínicas de tratamientos para personas con problemas de adicción.
En Edmonton, Alberta, será la sede del primer hospital de Norteamérica que estará dedicado a la atención de personas con adicción a las drogas y que proveerá una atención supervisada.
Sin embargo, el presidente de la Asociación Canadiense de Personas que Consumen Drogas, Jordan Westfall, advirtió que las muertes por abuso de fentanilo o heroína continuarán hasta que se descriminalice su consumo.
El estigma contra un enfermo de adicción y la posibilidad de que pueda ir a la cárcel aleja a los enfermos de acercarse a la ayuda, agregó Westfall, quien representa a 400 agremiados.
Se prevé que, a petición del gobierno estadunidense, el problema de sobredosis sea abordado en la próxima Cumbre del Grupo de los Siete países más desarrollados, que se realizará en Chalevoix, Quebec, los días 8 y 9 de junio.
“Debemos reconocer que este es un problema global que requiere una respuesta global”, dijo James Walsh, subsecretario del Bureau de Narcóticos Internacionales, de Estados Unidos, quien agregó que en comparación con la crisis de la heroína en los 70 y del crack en los 80, los opioides están matando a más estadunidenses cada año.