José Gregorio Aguilar.-
Cd. Victoria, Tam.- El obispo de la Diócesis de Victoria, Antonio González Sánchez, lamentó que la gente prefiera emplear su tiempo en Internet y socializando en las redes sociales en lugar de dedicar unos minutos a la oración.
Señaló que en la actualidad, los jóvenes muestran mayor interés por las cuestiones materiales, así como los teléfonos móviles y toda clase de aparatos tecnológicos que por las cuestiones espirituales y religiosas.
No obstante, aclaró que las redes sociales y todas las plataformas tecnológicas no son malas, lo malo es cuando se abusa del tiempo descuidando otro tipo aspectos que deberían ser más importantes en la vida de las personas.
El Obispo rechazó que solo a quienes profesan la religión católica les hace falta orar como comúnmente señalan líderes de otras religiones, sino que en general a los seres humanos se les ha olvidado orar.
“A todo mundo le hace falta orar, se nos ha olvidado. Hoy nos preocupamos más por las cosas materiales, por los famosos aparatos y redes sociales; hoy mucha gente está más al pendiente del teléfono”.
Resumió que por desgracia, el celular acerca a las personas que están lejos pero, al mismo tiempo, aleja a los que están cerca
En este contexto, al hablar de la oración como un hábito que deben tener los católicos, el Obispo reconoció que muchos se quejan de que aunque continuamente oran, Dios no los escucha pero les recordó que aunque es fundamental orar con fe, los creyentes deben tener bien claro que la oración no es mágica y que Dios siempre escucha pero responderá en el momento adecuado, aún y cuando la mayoría de la gente no lo comprenda.
“Yo creo que es entender mal la oración, Jesucristo nos dice que tenemos que orar con insistencia entonces tenemos que aprender a pedir con fe primero pero además con insistencia y entender. Yo siempre pongo este ejemplo la oración no es como máquina de refresco que le echo moneda aprieto un botón y sale el refresco, la oración no es algo mágico Dios siempre escucha y como lo dice la Biblia, aunque con otras palabras: Dios tiene otros tiempos”.
Dios tiene otro reloj, él siempre va a cumplir lo que le pidamos pero lo hará cuando él quiera, concluyó González Sánchez.