CIUDAD DE MÉXICO, abril 10 (Agencias)
Vanessa Troice y Daniela Askenazi estaban pasando por un momento en el que no se encontraban y no tenían motivación creativa, por lo que decidieron reunirse en el piso uno de la casa de Daniela para aterrizar y conectar ideas, fue ahí cuando se dieron cuenta de la relación que tenemos los seres humanos y la mezclilla:
Nacemos de una forma y con el tiempo nos vamos desgastando, rompiendo, uniendo e incluso pintando tal y como pasa con una prenda de este material tan noble.
Así surgió la primera colección de Piso Uno llamada Mindfulness, que quiere decir consciencia plena, estar aquí y ahora. Las diseñadoras mexicanas se propusieron enseñarle a la gente por medio de prendas cien por ciento de algodón que todos pasamos por momentos difíciles pero que lo más importante es aceptarnos tal y como somos.
Inspiradas por la técnica japonesa kintsukuroi que consiste en reparar objetos con pegamento de oro, la filosofía de la marca se basa en atesorar las imperfecciones entendiendo que cuando algo ha sido roto y reconstruido se vuelve más bello. Para estas prendas utilizaron sobras de una fábrica de mezclilla, logrando piezas únicas, especiales y diferentes.
Además de mangas estilo kimono y siluetas con influencia japonesa, Piso Uno apuesta por tonalidades crudas y botones completamente únicos para cada prenda. Sin duda alguna, esta es una prueba más de que el diseño emergente en México tiene mucho que dar.