CIUDAD DE MÉXICO, abril 10 (Agencias)
No habrá Clásico Nacional en la Final de la Concachampions. El Toronto FC se metió a la cancha del Estadio Azteca y con mucha personalidad sacó un empate a uno ante el América (4-1 global), resultado suficiente para echar a perder el partido anhelado por las aficiones de los dos equipos más ganadores de la Liga MX.
Las Águilas se cansaron de fallar. Fueron incapaces de finiquitar las cinco, seis o siete oportunidades que generaron frente al marco del portero Alex Bono, quien se convirtió en factor para que el cuadro canadiense, actual campeón de la MLS, consiguiera su boleto a la serie por el título de la Concacaf en donde enfrentará a las Chivas.
Un América tirado totalmente al frente desde el inicio, y la lesión de Josy Altidore al minuto cuatro presagiaba una mala noche para los visitantes, que plantearon un juego defensivo en busca de resguardar la ventaja que lograron en el juego de ida.
Bajo esa estrategia, regalándole el balón a los locales, y cediendo hasta tres cuartos de terreno de juego, el conjunto canadiense se fue al frente del marcador al minuto 12, gracias a un gol de Jonathan Ososio.
El Toronto FC tomó descuidada a la defensa azulcrema. Bradley tocó para Tosaint Ricketts, quien entró de cambio por Altidore, y William da Silva en su intento por despejar el esférico lo punteó y se lo dejó servido a Osorio, que solo tuvo que empujarlo para poner el 0-1, ante las caras largas de los aficionados.
Por oportunidades el equipo dirigido por Miguel Herrera no paró, pero entre la mala puntería de los americanistas y la destacada actuación del arquero visitante, el marcador no se movió hasta los minutos finales cuando el conjunto de Coapa igualó el marcador obra de una pena máxima.
Primero, Alex Bono, le sacó un cabezazo tras una “palomita” bien ejecutada de Paul Aguilar. Minutos después volvió a repetir la misma dosis a Bruno Valdez, quien solo en el área chica, no pudo mandar su remate al fondo de las redes.
Oribe Peralta, quien no ha estado fino en los últimos juegos, tuvo dos llegadas claras. La primera en un centro de Paul que remató de derecha, mandado la pelota pegada al poste y la segunda y más clara del partido, en un pase de Lainez que lo dejó solo frente a la portería, sin embargo el Cepillo no hizo un buen contacto y mandó su tiro muy desviado de la meta de Bono.
Ya sobre los minutos finales, con unas Águilas visiblemente desesperadas por no anotar, el árbitro central marcó un pénalti a favor de los locales, mismo que se encargó de convertir Mateus Uribe para igualar el marcador en tiempo de compensación.
El 4-2 en el global fue insuficiente y el Toronto consumó la sorpresa de las semifinales, echando a uno de los favoritos a quedarse con el título del torneo.