diciembre 15, 2024
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Tomarán posesión de nave industrial

abril 13, 2018 | 159 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, abril 12 (Notimex)

En los próximos días, la Procuraduría General de la República (PGR) tendrá la posesión física y material de la nave industrial que mediante un acuerdo reparatorio le entregó Luis Alberto López López, chofer del empresario Manuel Barreiro, acusado de lavado de dinero y vinculado con Ricardo Anaya.

Así lo informó Patricio Kegel, abogado del chofer que fungía como representante legal de la bodega que fue vendida en 54 millones de pesos a la empresa Manhattan y quien la víspera hizo la entrega jurídica del inmueble a la PGR “en aras de la justicia”.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva por la Mañana, el legista reiteró que su cliente declaró haberse prestado para firmar los documentos para la compra-venta de la nave porque así se lo instruyó su jefe Manuel Barreiro.

Aseguró que aunque su defendido desconoce cualquier procedimiento de dicha operación comercial, se determinó que como representante legal y accionista “tenía la posibilidad de entregar esta posesión a la autoridad”.

Subrayó que los documentos están en posesión de la PGR y dentro de la carpeta de investigación obran todos y cada uno de los papeles que acreditan la propiedad, además de la declaración del chofer.

Patricio Kegel dijo que Luis Alberto López hace su vida normal porque ya no corre ningún riesgo, luego del acuerdo reparatorio que firmó ante el representante de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

“Lo que hicimos fue poner a disposición esta bodega; ahora sí que la posesión física y material se llevará a cabo en estos días porque evidentemente hasta este momento lo que se hizo fue poner a disposición la posesión jurídica del inmueble”, agregó.

Finalmente la operación se lleva a cabo a través de una persona moral que se llama Manhattan. Efectivamente el señor Luis Alberto era representante de esa empresa, sin embargo, él desconocía los papeles que estaba firmando al momento, únicamente le pidieron: “fírmale aquí, fírmale acá” y nada más le pasaban los documentos.

La compraventa sí, efectivamente se llevó a cabo, y él como representante legal y como accionista tenía la posibilidad de entregar esta posesión a la autoridad.

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