México, 14 Abr (Notimex).- La académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Guadalupe Ponciano, alertó que cada vez más jóvenes fuman cigarrillos electrónicos, sin embargo, no lo hacen para dejar de fumar, sino como puerta de entrada al tabaquismo.
Resaltó que de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la venta y comercialización de cigarrillos electrónicos está prohibida, pero se consiguen con facilidad, por lo que se ha dejado desprotegidos a los consumidores.
En un comunicado, refirió que e acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Tabaco, Alcohol y Drogas de 2016, en ese año 2.5 por ciento de adolescentes de entre 12 a 17 años consumían los también llamados vaporizadores, eCig o eCigar, así como el 1.5 por ciento de la población de adultos.
Explicó que eCig es un sistema electrónico inhalable que pretende simular el consumo de tabaco; se calienta y vaporiza una solución (líquido de vapeo, e-Liquid o e-Juice) que supuestamente tiene un impacto menor para la salud, por lo que algunos vendedores lo anuncian como una terapia para dejar de fumar.
No obstante, sostuvo que su uso “es preocupante, porque la edad promedio de inicio del consumo del cigarro tradicional de tabaco cada vez se reduce más», comentó la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Detalló que en México es de entre 12 y 13 años, y esto se debe en gran medida a que el ambiente que rodea a los niños y jóvenes es muy permisivo, así como a la facilidad con que los pueden conseguir.
Si a esto se añade que los eCig se elaboran con diseños atractivos y con líquidos de vapeo de colores y sabores llamativos para los jóvenes, como fresa, mojito, caramelo con chocolate, kiwi y piña colada, entre otros, además de que no tienen restricción de venta, lo que agrave el problema se agrava.
Aunado a ello, refirió que cuando salieron a la venta en México, aproximadamente en el año 2010, estos sistemas electrónicos de administración de nicotina tenían un costo de hasta mil 500 pesos, pero ahora se pueden conseguir en 200 pesos en mercados sobre ruedas o en pequeños módulos dentro de las plazas comerciales.
Destacó que el problema es que no se sabe con certeza la calidad de sus líquidos, colorantes y saborizantes, además de que inicialmente algunos no tenían nicotina, pero hoy la mayoría la incluyen, lo que los convierte en un problema grave.
Además, debido a que su falta de regulación, los fabricantes no están obligados a informar en los empaques de las sustancias o de las dosis de nicotina que contienen.