CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Fue un incidente que empañó la imagen del Vaticano por 160 años: un niño judío de seis años arrebatado a su familia por la policía del papa y llevado a Roma para ser criado como católico después de que las autoridades eclesiásticas se enteraron de que la mucama de la familia lo había hecho bautizar en secreto.
Ahora el caso está causando revuelo nuevamente, al surgir indicios de que un libro que el muchacho escribió de adulto fue alterado para diluir su antisemitismo e incorporar elementos favorables a la iglesia católica.
La Associated Press confirmó que el historiador David Kertzer, de la Brown University, había comprobado que al libro de Edgardo Mortara se le hicieron varios cambios, grandes y pequeños, al ser traducido del original en español al italiano, para ser publicado con bombos y platillos por Mondadori en el 2005. La AP descubrió el texto en español en los archivos de una orden religiosa esta semana.
Los cambios no modifican demasiado la gratitud que expresó Mortara hacia el “santo” Pío IX por haber salvado su alma al apartarlo de su familia judía para criarlo como católico. Pero reflejan que el relato –que ha había sido revisado en otras ocasiones para satisfacer determinados intereses– ha sido retocado de nuevo.
Los cambios, declaró Kertzer a la AP, “fueron hechos sin duda con ciertos propósitos narrativos, para generar un relato más acorde con lo que los sectores conservadores de la iglesia querrían presentar como los hechos”.
La historia empezó cuando la policía de la Inquisición se llevó a Edgardo, de seis años, de su casa en Bolonia el 24 de junio de 18858. ¿La razón? La mucama de los Mortara, una niña católica de 16 años, había hecho bautizar en secreto a Edgardo cuando era bebé, porque se había enfermado y temía por lo que sucedería con su alma si fallecía.
Mortara sobrevivió, y cuando se corrió la voz de que un católico bautizado estaba viviendo en un hogar judío, la Inquisición ordenó secuestrarlo, según una ley por la cual los católicos debían ser criados como católicos.
Pío se hizo cargo de Edgardo y el muchacho judío se ordenó sacerdote católico, con el nombre de Pío. Falleció en 1940 en Bélgica.
Si bien esos secuestros no eran inusuales, el de Edgardo dio paso a un escándalo internacional y contribuyó a intensificar un sentimiento anticlerical en Europa. En Italia, al caso alentó a las fuerzas del Risorgimento a unificar el país y acabó con los estados papales, a partir de los cuales el papa controlaba grandes sectores del centro de Italia.
La publicación en el 2017 de la versión en inglés del libro de Mortara –que incluye todos los cambios de la versión en italiano– revivió el interés en el caso y el cineasta Steven Spielberg está trabajando en una película basada en el libro de Kertzer “El secuestro de Edgardo Mortara”, publicado en 1997. El Vaticano, por su parte, considera la santidad de Pío.
En un reciente artículo de la revista The Atlantic, Kertzer detalló varias incongruencias entre las versiones del libro de Mortara en español y en italiano, esta última publicada por el autor papal Vittorio Messori en el 2005 y titulada: “Yo, el niño judío secuestrado por Pío IX: Las memorias no publicadas del protagonista del ‘caso Mortara’”.
Kertzer y Messori llevan años discutiendo sobre el caso Mortara. Algunos sectores justifican a la iglesia diciendo que Pío no tenía otra alternativa que criar a Mortara como católico siguiendo las leyes divinas.
El libro en cuestión, escrito en español porque Mortara estaba viviendo en España en ese momento, es una versión contemporánea de la que Mortara habría escrito a mano hace un siglo. Se desconocí donde se encontraba el texto original escrito a mano.
La AP encontró esta semana la versión en español tipeada en los archivos históricos de la orden a la que se adhirió Morata, junto con sus diarios escritos a mano y varios estantes con tomos polvorientos de documentos de la iglesia de hace siglos.
Entre otras cosas, la AP encontró que los comentarios antisemitas en la versión original en español no estaban en la traducción de Messori, incluida una referencia a que Mortara había “profesado siempre un horror indescriptible” hacia los judíos.
Una sobrina bisnieta de Mortara, Elena Mortara, dijo en una entrevista que los cambios eran parte de un esfuerzo por eliminar el adoctrinamiento anti-judío a que había sido sometido su antepasado por los maestros católicos que lo criaron y lo educaron.
“Le hicieron un lavado de cerebro”, manifestó.
Durante una entrevista en su casa, Mortara contó el dolor de su familia, que pasó de generación en generación, y el orgullo que siente por la importancia histórica del episodio.
“Sabíamos que la familia había luchado por los derechos civiles para todo”, expresó Mortara.
Elena Mortara, que encabezó las protestas públicas de la familia y de la comunidad judía de Italia cuando el papa Juan Pablo II beatificó a Pío en el 2000, dice que ni siquiera la versión en español del libro tiene relevancia.
Señaló que fue escrito en una tercera persona impersonal y tipeado por otra persona. Además, difiere sustancialmente de lo que Mortara escribió a mano en sus diarios, “en los que muestra todos los conflictos que tenía adentro, todos los conflictos psicológicos, el drama de su alma”.
Aseguró que volverá a montar una protesta si el Vaticano canoniza a Pío y exhortó al actual papa a que cambie las leyes eclesiásticas que siguen diciendo que si un niño que corre peligro de muerte es bautizado, el sacramento es válido incluso si se hizo contra la voluntad de los padres”.
Messori, por su parte, aseguró en una serie de correos electrónicos a la AP que trabajó sobre el texto original en español y que un traductor lo había traducido fielmente. Atribuyó los cambios a los editores de Mondadori, la editorial italiana.
Pero insistió en que “las cosas que se están denunciando no cambian en lo más mínimo el mensaje de gratitud del padre Mortara hacia la iglesia y hacia Pío IX”.
Mondadori no respondió a llamadas y correos electrónicos pidiendo comentarios.