Shalma Castillo.-
“Reina del manto hacIa afuera, del manto adentro, vasalla triste como la más triste, navega Cuba en su mapa. Un largo lagarto verde, con ojos de piedra y agua”…
Así, la prosa se hace poesía…
Ahí, en la isla, Roberto Amador Martínez Muñoz, neolaredense de nacimiento y médico de profesión, realiza sus estudios para especializarse en ginecología obstetricia…
Para utilizar el Internet tiene que sentarse en la banqueta, en la calle, en un parquecito y pagar un dólar por hora… solo así puede tener contacto en muchas ocasiones con el exterior, comenta, al resaltar uno de tantos problemas que genera el comunismo en esta isla, agobiada por el embargo comercial impuesto por Estados Unidos y las medidas de control desde adentro.
“Alta corona de azúcar, le tejen agudas cañas. No por coronada libre, sí de su corona esclava”…
Roberto tiene 31 años y, aunque nació en Nuevo Laredo, creció en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Es egresado de medicina de la Universidad Valle de México, campus Victoria, actualmente está haciendo su especialidad en ginecología obstetricia en el Hospital Ramón González Coro, de La Habana, Cuba.
Es residente de tercer año (R3) y le falta un año para terminar y poder volver a México.
ESPECIALIZÁNDOSE EN LA HABANA
Platica que en cuestión de medicina, y particularmente en su especialidad, les ponen mucho interés en este tema a las mujeres cubanas en estado de gestación.
Para que la mamá y feto tengan buen seguimiento, en Cuba existen hogares maternos para las mujeres que tienen problemas de riesgo, como enfermedades que puedan afectar el embarazo y al producto.
Dice que el sector salud atiende desde la atención primaria hasta el ginecólogo del centro de salud, que allá se llaman policlínicos, y les dan un seguimiento de nivel a las embarazadas.
Aunque reconoce que no hay hospitales al cien por ciento que cuenten con todo por la falta de recursos económicos y humanos, ya que muchos doctores se van del país, tratan de sacar adelante a las pacientes con lo poco o mucho que tienen.
Roberto acude al hospital de lunes a sábado y hace guardias de 36 horas una vez a la semana y dos veces a la semana tiene turno quirúrgico para operar.
También está en la sala de los pisos (son ocho) y hay alrededor de 200 camas en el hospital, hay consultas de todo; ginecología, consulta de obstetricia, fertilización in vitro, enseñanza de fertilidad, entre otras.
No acude a ninguna escuela, solamente está en el hospital y ahí mismo tienen conferencias entre residentes, congresos, cursos o a veces los invitan a otro nosocomio.
Tiene alrededor de ocho compañeros residentes de México, también hay de África, Colombia, Ecuador, Bolivia; de medicina hay de Alemania, España, China, Japón, Canadá, Venezuela, Argentina y Chile.
Todos ellos están bajo una modalidad que se llama autofinanciada, donde pagan al Gobierno cierta cantidad de dinero al año y tienen derecho a estar en el hospital y a practicar.
LA VIDA SOCIALISTA EN CUBA
“La vida aquí es complicada, porque uno está acostumbrado a tenerlo todo a la mano, en México vas al Oxxo o al mercado y encuentras lo que necesitas, aquí no”, expresa Roberto.
Cuenta que las personas tienen que ir de tienda en tienda para buscar jamón, leche, pan o cualquier alimento y, además, hacer cola de una hora para comprar huevo, media hora para entrar al mercado, porque solamente pasan de pocos, porque no hay cámaras en los establecimientos.
“También cuando veo haciendo colas es porque entra la comida a la bodega, es donde la gente va a que les dan un pan por día, tantos kilos de arroz, huevo”.
Dice que los cubanos culpan de esa situación al bloqueo económico de Estados Unidos hacia Cuba, y hay muchos productos de procedencia mexicana, brasileñas y de China, de Venezuela ya no tanto, porque están teniendo el mismo problema socialista que en Cuba.
En La Habana, para llegar algún sitio, se van caminando muchas personas porque el transporte siempre va lleno… El camión, al que le dicen “guagua”, aunque hay taxis colectivos, les llaman “máquinas o almendrones”, son carros viejitos de los años 50’s, que van sobre una ruta y van subiendo gente, en dólares el pasaje cuesta 50 centavos.
Cuando vacaciona en México, dice que aprovecha para llenar sus maletas de comida que allá no venden; tortillas, frijoles refritos, chiles.
Para entrar a la Isla, Roberto cuenta con un ID y ya no ocupa visa, le toman foto cada que entra y sale, además le hacen chequeo médico para evitar epidemias como dengue, zika, fiebre amarilla, influenza.
ALGUNOS ASPECTOS DEL GOBIERNO SOCIALISTA
Aunque el Gobierno les da gratis el estudio desde preescolar hasta posgrado, algunos aprovechan y otros no, “como el sueldo de las profesiones es mínimo, trabajan mejor de taxistas o guías turísticas y los hospitales están escasos de personal, porque la gente se va del país a trabajar a otros lugares, porque les pagan mejor”.
“Se van porque quieren buscar mejores oportunidades de vida, ya sea ir a EU por la ley que los apoyaba o a México porque pagan más”.
Campara que en México un doctor especializado puede ganar muy bien en consulta privada, pero en Cuba no, porque les paga el Gobierno y no pueden ganar el extra, no hay consulta privada. Los doctores ganan porque los pacientes les regalan fruta, refrescos, jamón y su sueldo ya es libre.
Los médicos que enseñan lo hacen sin recibir nada, a ellos no les pagan, aunque los residentes hayan pagado al Gobierno, ellos no reciben nada económico por explicar y enseñar.
La gente se queja mucho de su Gobierno, lo que sí les gusta es que tienen el servicio de salud gratuito, desde cualquier enfermedad hasta un trasplante de corazón y hacen todo para que se salve el paciente.
EXPERIENCIAS
Roberto platica que hay cubanos que te quieren apoyar, pero como dicen en México, “les das la mano y te quieren agarrar la pata”, aunque también hay gente buena…
“He conocido cubanos que me han echado la mano, hace rato (antes de la entrevista) me marcó una señora que conozco para preguntarme cómo estaba, o que si me hace falta algo… estando años aquí te vas haciendo de familia cubana, mismos cubanos humildes, pero te ofrecen un vaso de agua o un plato de comida sin nada a cambio”.
Recuerda que cuando recién llegó no conocía a nadie y unos amigos mexicanos lo recibieron en su casa, ese primer año fue el más difícil en todos los aspectos y el que pasó la Navidad lejos de su familia.
“El primer año fue lo más fuerte, pero te hace crecer como persona y valorar tener poco, saber que tienes que hacer el esfuerzo de ahorrar y no desperdiciar… la verdad no me arrepiento de haberme venido”.
También menciona que durante los primeros días tuvo un accidente, le explotó una olla exprés y se quemó el pecho, no le avisó a su familia, para no preocuparlos, y sus amigos lo atendieron y curaron.
Las mejores experiencias, considera, son cuando el paciente que se encuentra en la calle lo reconoce.
“Una vez iba por la calle y una paciente me reconoció, eso es bonito, o que estés formado y el de atrás te diga -‘hola doctor, ¿cómo está?, ¿se acuerda de mí?’… y no te vean como superior a ellos porque igual estás haciendo fila para comprar”, expresa.
Comparte que allá hay dos monedas, el “CUC” que es como si fueran dólares o euros, que es la divisa y el peso cubano como tal, los fines se paga con moneda nacional la entrada al cine, donde pasan películas de cine francés, español, muy raro ver películas americanas, en la Habana hay zoológico, parquecitos para conectarse al Internet, (el Internet está todo el día, pero recargas como si fuera celular, pero se recarga Internet y vale un dólar la hora y estás ahí con la gente y todos te están escuchando lo que hablas).
Allá vive con un compañero de Victoria, pero él está haciendo la especialidad en ortopedia y traumatología, “en el hospital hay otra de Victoria, hay otros dos de Matamoros somos como cinco tamaulipecos”.
Los fines de semana se reúnen los mexicanos y preparan comida mexicana con lo poco que tienen allá, entre todos cocinan para no extrañar tanto la deliciosa gastronomía mexicana.
Aunque a Roberto le falta un año para concluir su especialidad, tiene la certeza de regresar a trabajar a Tamaulipas, “no sé si en Victoria o en Nuevo Laredo, pero regreso a México”.