diciembre 14, 2024
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abril 23, 2018 | 194 vistas

Shalma Castillo.-

Cd. Victoria, Tam.- El ulular de la sirena es un canto que lo llama a la batalla…

Casco, botas, guantes, traje amarillo y manguera de tres pulgadas, son parte de su equipo.

Para él, primero es atender y ayudar a sus ciudadanos. Omar Turrubiates Hernández, así ha pasado los últimos 26 años de su vida formando parte de la corporación de bomberos.

Extrovertido, emocionado y con la satisfacción reflejada en su andar y decir, un hombre apasionado por su trabajo, herencia de familia que ahora, ya se han acostumbrado sus hijos.

Con entusiasmo, nos comparte lo que realiza en su labor, experiencias y recuerdos que ha tenido en todos estos años.

 

LABOR DE UN BOMBERO

“El trabajo que desempeño como bombero es ayudar a la ciudadanía que se encuentra en peligro, salimos a atender incendios de casa, de carro, fugas de gas, enjambres, entre otro tipo de situaciones”, expresa Omar.

Diariamente se presenta en la estación de Bomberos ubicada en la colonia Siete de Noviembre, ahí está desde las ocho de la mañana atento a cualquier llamado de auxilio que pudieran recibir.

A través de los reportes del Centro de Comando, Control, Comunicación y Computo (C4), es como se alertan de cualquier situación en la que es necesaria la presencia de los bomberos.

Aunque las situaciones son variadas, ya que hay días donde solamente se atienden incendios de casa, otros bajar enjambres que hay en escuelas, casas o en la vía pública donde pone en riesgo a las personas o también toca que hay fugas de gas.

“No es que uno llegue y diga ahora te toca acudir a un incendio, no, es como la ciudadanía lo vaya necesitando”, menciona.

En Victoria son tres bases, en la que está laborando él, que está ubicada en la colonia Siete de Noviembre, otra en la Libertad y en la Sagitario, en cada base hay guardias de 12 horas y 24 de descanso, en total son alrededor de 120 bomberos en la Capital.

Platica que a ellos se les turna una unidad, se organizan grupos de cuatro o cinco integrantes, y ellos son los que hacen el servicio del turno del día que les toca, trabajan 12 horas seguidas y descansan 24.

Cada que reciben un llamado en la base de bomberos del C4, a partir de ese momento tienen entre cuatro a cinco minutos para estar listos, bajar de los dormitorios por el “chute” o mejor conocido el tubo de bomberos, ponerse el equipo y subirse al camión.

En cada reporte participan de cuatro a cinco bomberos, depende del tipo de accidente es el número de personal que acude, más el operador.

 

¿CUÁL ES EL INCENDIO MÁS GRANDE

EN EL QUE HA PARTICIPADO?

“Siempre que me hacen esa pregunta, se me viene a la mente el incendio del 27 donde era antes la Lala”, responde.

Recuerda que ese siniestro fue a causa de una pipa que explotó, que estaba adentro de las instalaciones abasteciendo las camionetas, pero las llamas crecieron demasiado y el fuego se salió de control antes de que ellos llegaran para combatirlo.

Al llegar el equipo de bomberos logró controlarlo, enfriaron la pipa para que el gas se consumiera, pero es el de magnitud más grande que han atendido dentro de la Ciudad.

 

EXPERIENCIAS DE UN HÉROE

Omar, comparte una de las anécdotas que más lo han marcado a lo largo de estos 26 años de labor.

“La experiencia que siempre recuerdo es el sacar a una persona en el 19 Guadalupe, en ese tiempo había llovido y estaba una bajada de agua en corriente”…

“La persona estaba en estado de ebriedad y que se avienta, a mí me toca por casualidad estar ahí ayudando, pero cuando se arroja la persona ya no la veo, sino que me acerco y veo un brazo que iba saliendo… y luego luego que tiro la agarrada”…

“Yo no supe lo que se había caído, fue coincidencia que me acercara a ver, yo ni si quiera estaba observando… porque yo estaba en el camión y cuando veo que la gente empieza a voltear a todos lados, me acerco y veo el brazo, la persona logró sobrevivir”.

Una experiencia que recuerda con profunda tristeza es la que sucedió hace 18 años, donde uno de sus colegas pierde la vida en un accidente… iban atender un llamado falso.

“Hacen un reporte de incendio de casa por la Coca – Cola, sale la pipa, pero antes de llegar al lugar ocurre un accidente y se voltea”…

“Ahí fallece un compañero, otros cinco más quedaron heridos y ya cuando llega la otra unidad al reporte que habían hecho era una falsa alarma, nunca hubo incendio, lo único que pasó es que perdió la vida un compañero”, expresa.

Las lesiones han tenido desarrollando su trabajo como bomberos, son leves, “no hemos tenido compañeros que hayan tenido otro tipo de lesiones fuertes, más que ese donde pierde la vida el compañero”.

 

LA IMPORTANCIA DE LA CONSCIENCIA CIUDADANA

Comenta que antes las llamadas de broma o falsas eran más frecuentes, ya que eran recibidas directamente en la base de bomberos y no se podían identificar.

“Antes nosotros recibíamos las llamadas a la base y seguido teníamos llamadas de falsa alarma, ahorita con C4 ya tenemos muy pocas llamadas de esas porque se encargan de ratificar que realmente esté sucediendo lo que reportan y no sea una broma”.

Omar, lo que desea es que la sociedad tome consciencia cuando vea al camión de bomberos, porque aunque no traiga activada la sirena nada más la torreta, es importante que colaboren cediendo el paso.

“Nosotros esperamos a que nos den el pase, porque ellos no saben a qué tipo de servicio vamos, puede ser urgente, e incluso de algún conocido o familiar suyo, en realidad uno no sabe cuándo puede ser víctima de un accidente”, enfatiza.

 

LA PASIÓN DE SER BOMBERO

El ser bombero no es cualquier cosa, pues a pesar de las necesidades, dificultades y apoyo que carecen, salen a arriesgar su vida, lo hacen con entrega y amor, ayudan a los desconocidos.

Y el ser bombero para Omar ya viene de familia, pues su papá fue bombero y comandante de bomberos, su hermano también es bombero, y próximamente va a entrar un sobrino.

“Ayudar a la gente es algo muy bonito, llegar al trabajo e ir a ayudar… Aunque desgraciadamente a los que más ayudamos son los que menos tienen, son los más humildes, con viviendas de techo de lámina, cartón, en todo este tiempo sí he colaborado en ayudar a mucha gente”.

Omar tiene dos hijos, uno de 17 y 16 años, desde que nacieron él ya era bombero, por lo que ya están acostumbrados a su trabajo.

“Lo único que les digo es que me voy al trabajo y ellos ya saben… que como puedo regresar o no puedo regresar a casa”, así concluye su entrevista.

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