DALLAS, E. U., abril 27 (Notimex)
Procuradores federales de Estados Unidos podrían presentar nuevos cargos contra el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán por el asesinato de siete estadounidenses, entre ellos el agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, reportó la televisión local.
De acuerdo con la cadena WFAA, afiliada a ABC, tres ex policías mexicanos relataron a fiscales de la Oficina del Procurador Federal en Los Ángeles que ellos vieron a Guzmán participar en una matanza de estadounidenses a fines de 1984 y principios de 1985.
Uno de los testigos, el ex agente de la Policía Judicial de Jalisco, Jorge Godoy, habló directamente con WFAA y detalló la participación de Guzmán en los asesinatos.
Godoy, de 57 años de edad y quien reside en Estados Unidos como testigo protegido, dijo que todavía teme por su vida, pero aceptó hablar y ser identificado frente a la cámara por primera vez.
Los asesinatos de los siete estadounidenses, ahora atribuidos a Guzmán, ocurrieron durante un periodo de nueve semanas.
Los jefes de un cártel en Guadalajara buscaron venganza por las redadas de drogas en 1984 que les causaron grandes pérdidas, incluida la quema de diez mil toneladas de marihuana con valor estimado de cinco mil millones de dólares.
Albert Radelat, residente de Fort Worth, Texas, a principios de 1985, fue uno de los estadounidenses asesinados. Cuando se le preguntó por posibles cargos contra “El Chapo”, la hermana de Radelat, Lourdes, respondió: “Cuanto antes, mejor”.
La Oficina del Procurador Federal de Estados Unidos en Los Ángeles no quiso hacer ningún comentario. “Como probablemente sepa, no hacemos comentarios sobre investigaciones, que incluyen personas que no han sido acusadas”, dijo Thom Mrozek, vocero de la Oficina del Procurador Federal en Los Ángeles.
Guzmán permanece en un centro de detención en Nueva York en espera de juicio por cargos relacionados con drogas ante la Corte Federal Nueva York. Hasta ahora Guzmán no enfrenta cargos de asesinato específicos.
En una acusación anterior, enfrentó cargos en Nueva York por una docena de asesinatos en México de 2000 a 2008. Los fiscales estadounidenses, sin embargo, retiraron esos cargos meses antes de su extradición de México, lo que ocurrió el último día de la administración del ex presidente Barack Obama.
Héctor Berrellez, ex agente de la DEA, dijo que Godoy y los otros dos ex policías mexicanos se presentaron porque Guzmán no enfrenta cargos por el asesinato de ciudadanos estadounidenses.
“La Oficina del Procurador de Estados Unidos ahora está interesada en el caso y creo que es por la nueva administración (del presidente Donald Trump) que está allí”, dijo Berrellez, quien ayudó a dirigir la investigación sobre el asesinato de Camarena.
Los otros dos ex agentes de policía se negaron a hablar con WFAA.
Fuentes legales dijeron que los procuradores federales pueden haber retirado los 12 cargos de homicidio previos contra “El Chapo”, porque las víctimas probablemente eran ciudadanos mexicanos asesinados en México.
Sin embargo, los expertos dijeron que no existe tal conflicto legal si los fiscales estadounidenses quisieran juzgar a “El Chapo” por el asesinato de ciudadanos estadounidenses en México.
La matanza, que involucró a Guzmán, comenzó el dos de diciembre de 1984, cuando el capo ayudó a asesinar a cuatro estadounidenses que cometieron el error de llamar a la puerta de un capo de la droga, dijo Godoy.
Los estadounidenses eran Benjamín Mascareñas, de 29 años, su esposa Pat (27), Dennis Carlson (32) y su esposa Rose (36 años), eran testigos de Jehová que realizaban un viaje misionero en Guadalajara.
Los cuerpos de los cuatro estadounidenses nunca han sido recuperados.
Más asesinatos ocurrieron el 30 de enero de 1985. Dos estadounidenses, John Walker, de 35 de edad, y Albert Radelat, de 33, entraron en un restaurante de Guadalajara lleno de miembros del cártel.
Walker, un veterano de Vietnam y ganador de dos medallas al valor “Purple Hearts”, estaba en Guadalajara escribiendo una novela. Decidió cenar con Radelat, un estudiante de odontología que estudiaba en la Universidad de Guadalajara.
Godoy dijo que estaba vigilando la puerta de entrada del restaurante “La Langosta” cuando Walker y Radelat ingresaron.
Walker preguntó: “¿Puedo entrar?”. La respuesta fue: “Está cerrado y por favor, tiene que irse. Por favor, váyase”, recordó Godoy.
Pero minutos después, mientras los dos estadounidenses comenzaban a alejarse, el capo de la droga Rafael Caro Quintero ordenó que fueran llevados adentro, añadió Godoy.
“(Walker y Radelat) pasaron junto a mí y dije: ‘Dios mío’, dijo Godoy a WFAA, sabiendo que los estadounidenses estaban en peligro y probablemente fueron confundidos como agentes de la DEA. Relató que ambos fueron asesinados.
Una semana después, el siete de febrero de 1985, Guzmán fue asignado para ayudar a secuestrar al piloto mexicano que transportó al agente Camarena para localizar los campos de marihuana del cártel, contó Godoy.
El piloto, Alfredo Zavala Salazar, fue llevado a la casa donde su compañero, Camarena, de 37 años, ya estaba siendo torturado.
“Absolutamente, él (Guzmán) los torturó a ambos”, dijo Berrellez. “(Guzmán) estuvo involucrado en la tortura física de Camarena”.
Berrellez dijo que los ex policías presenciaron cómo Guzmán disparaba a los cuatro misioneros estadounidenses.
Phil Jordan, un ex agente especial de la DEA a cargo en Dallas, habló con los tres ex policías mexicanos y dijo que cree que son creíbles.