San Andrés Calpan, Pue., 22 Abr (Notimex).- Observar por las calles a hombres cargando a sus espaldas jaulas con pájaros de diversos colores no es tan común como antes, porque los pajareros prevalecen, pero ahora de manera más regulada y más organizada.
En el Tianguis Cuatro Caminos en Calpan, Federico Ruiz Camacho, un hombre de 35 años de edad y 15 años dedicado al oficio de pajarero, relató en entrevista con Notimex, cómo incursionó en este oficio que ahora se concentra más en los mercados y tianguis locales.
“La venta de aves ya no se hace recorriendo calle por calle la ciudad de Puebla, porque no hay mucha venta; ahora salimos a recorrer varios lugares, principalmente mercados en los municipios como Cholula, Puebla, Huejotzingo, Atlixco e Izucar de Matamoros, entre otros”, destacó.
En su experiencia en este oficio, que adquirió por herencia de sus abuelos a sus padres y de éstos a él, la gente compra porque para muchos es una tradición, porque buscan los animalitos que alegran con sus cantos sus casas y jardines.
Sobre el canto, Federico Ruiz comentó que en la mayoría de las aves las que cantan son las hembras, los machos no cantan; pero por ejemplo, en el caso de los canarios son los machos los cantan.
En sus jaulas, hechas de carrizo, porta especies como canarios, pericos australianos y colibríes; que a su decir son las especies que más solicitan sus clientes porque se acoplan rápido a su nueva casa.
“En promedio vendo de dos a tres pares de aves, cada pareja a un costo de 250 a 300 pesos promedio, por eso no salgo con más de seis jaulas porque no tiene sentido cargar tanto todo el día”, dijo tras apuntar que sus clientes en la mayoría son las mujeres de todas las edades, pero también hay niños y varones.
A pregunta expresa de dónde obtienen las aves, explicó que existen personas que se dedican a criar aves, otras más se compran en Morelos, y también se logran a través de sus propios clientes que una vez que sus aves tienen crías se las dan a los pajareros para vender.
“Las aves son hermosas, alegran a todo aquel que escucha sus cantos, no requieren de muchos cuidados más que procura darles de comer su alpiste o semillas de girasol, plátano picado, en ocasiones pedazos de cáscara de naranja o manzana, y siempre procurarles agua. Si se llegan a enfermar, por lo regular es de gripa o diarrea”, indicó Ruiz Camacho, quien pertenecer a la Unión de Pajareros de Puebla, que aglutina a cerca de 100 pajareros entre hombres, mujeres y niños.
Pertenecer a la asociación -dijo- nos permite portar una credencial para que en los momentos de los operativos les mostremos a las autoridades que estamos regulados. Otro beneficio de ser afiliado es que la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente) nos informa sobre la lista de aves que están permitidas para la venta, actualmente son 81 especies, y nos otorga los anillos que colocamos a nuestras aves para que la clientela tenga la seguridad que está comprando un pájaro “con todas las de la ley”.
En ese punto coincidió con Martín Castillo, un hombre de 51 años de edad y 30 años dedicado al oficio de pajarero, quien también apuntó que como en todo negocio también tienen sus temporadas bajas.
“Cuando las especies empiezan a anidar, que es en los meses de enero y febrero, es cuando baja un poco la venta, pero tenemos clientes desde hace más de 15 años que nos ayudan a mantenernos, porque nos vuelven a comprar ya que las aves en promedio duran vivos de 10 a 15 años; siempre que estén bien alimentados, les procuren su agua e incluso les den sus vitaminas, principalmente calcio para que tengan un bonito plumaje”, citó.
A su parecer, el oficio de los pajareros contribuye a mantener el equilibrio de la población de pájaros. Como ejemplo citó que en las zonas serranas de Puebla, los campesinos llegan a matar a las aves porque éstas se llegan a comer la cosecha, así que los pajareros buscan a los campesinos para comprar las aves y éstas no mueran, solo las cambian de lugar.
Agregó que los pajareros también generan toda una cadena de valor porque la venta de pájaros contribuye a la venta de jaulas, compra de frutas como los plátanos, semillas de girasol, alpiste, y muchos otros insumos.
Martín vende más especies como gorriones, tiguerillos, pericos, clarín jilguero, pero también canarios de importación que llegan a costar hasta mil pesos y son provenientes de Cuba y Australia con permiso de las autoridades.
En entrevista, explicó que las especies las consigue en la importadora María Clara, ubicada en el municipio de Cuautla, Morelos, a donde acude cada mes para hacerse de nuevas aves que vende en el tianguis de Tepeaca que vista los viernes, los domingos en Atlixco, martes en San Martín Texmelucan, jueves en Calpan, y así a lo largo de la semana.
“Un día de muy buena venta puede ser de mil 500 pesos, y para lograrlo me esfuerzo por siempre amable con la clientela, ponerla de buen humor, que no me vean mal encarado, y les doy consejos para que cuiden mejor a sus pajaritos” acotó tras apuntar que de este oficio dependen sus cinco hijos, su esposa y él.
Los entrevistados indicaron que a nivel nacional hay cerca de 15 mil pajareros, la mayoría concentrada en la Ciudad de México, y todos juntos celebran su oficio cada año el Domingo de Ramos.
En Puebla, los pajareros realizan cada 11 de enero su peregrinación que parte del zócalo de Puebla a La Villita, que es el templo religioso dedicado a la Virgen de Guadalupe y que se encuentra en la calle 11 Norte-Sur y Reforma de Puebla capital.
Para la peregrinación adornan sus jaulas con flores y listones, tal como ocurre con la peregrinación en Ciudad de México, donde se reúnen de varios estados y que parten desde la Calzada de los Misterios y caminan hasta la Basílica de la Virgen de Guadalupe, para darle gracias por un año más de trabajo y al mismo tiempo pedirle que su oficio continúe, que siga aumentando la crianza de aves domésticas en sus hogares para venderlas y así capturar menos silvestres.
De acuerdo a la página www.biodiversidad.gob.mx, la captura de aves en México es un oficio regulado por la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS), de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con la ayuda de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que las asesora o emite opiniones técnicas, y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que ejerce la inspección y vigilancia.
La DGVS otorga licencias de Aprovechamiento de Aves Canoras y de Ornato a través de los tradicionales permisos para subsistencia y las denominadas “Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre” (UMA), estas últimas implementadas desde 1996.
Estos permisos parten de la base del reconocimiento de los usos y costumbres, los bajos recursos económicos y la herencia o larga trayectoria de la persona en el oficio.