diciembre 12, 2024
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El jaripeo, un mundo lleno de adrenalina

junio 5, 2018 | 2498 vistas

Juliantla, Gro., 9 Abr (Notimex).- Para Hugo Figueroa, el jaripeo es un mundo lleno de adrenalina que está evolucionando de una manera impresionante, lo que puede constatarse en algunos estados del país en donde la actividad llena foros y entusiasma a los asistentes.

El jaripeo, cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XIX, es una de las fiestas típicas de México, que hoy cobra un color y dinamismo diferente en “Del rancho a la Ciudad”, un «show» preparado a conciencia por Hugo Figueroa.

Es así que celebra desde hace 10 años su entrega con pasión a este espectáculo familiar que disfrutan cada una de las montas en las que la adrenalina corre por cada uno de los asistentes al jaripeo.

En entrevista con Notimex en su rancho La Misión ubicado en Juliantla, en el estado de Guerrero, Hugo mencionó que esta actividad, la considera un deporte extremo que poco a poco se ha ido consolidando en el gusto de nuevas audiencias.

Hugo se siente orgulloso de “Del Rancho a la ciudad” con el que ha conquistado a miles de personas que gustan ver su «show» en los foros en los que se presenta. En su producción que incluye 25 toros briosos que son montados por igual número de jinetes de reconocida trayectoria internacional.

Dijo que además de ello se colocan en cada jaripeo ambulante 100 toneladas de arena que se embarcan en ocho camiones de redilas que son contenidas con 250 tablas alrededor del ruedo que hacen resaltar el escenario de última tecnología bañado por 200 luces robóticas y varias toneladas de pirotecnia.

Hugo Figueroa cuenta con la colaboración de 500 personas para montar sus presentaciones, entre jinetes, un ballet foclórico, bandas musicales, técnicos de luces, audio, video y demás colaboradores con los cuales sería imposible hacer lucir el «show» a través de las megapantallas, sin dejar de lado las bandas musicales.

Cuenta que el jaripeo lo lleva la sangre, pues desde niño le entusiasmaba ver la monta de toros y soñaba con ser uno de los que buscaba domar a un animal de enorme fuerza.

“A mí me gusta remarcar que el jaripeo en este momento está cambiando, está evolucionando porque antes era sinónimo de maltrato a los toros, pero ahora ya no es así, se aprecia que se trata de una práctica deportiva, vamos con pasos firmes”, declaró.

Señaló que incluso el tamaño de los toros ha cambiado, junto con la presencia de estos animales, de los jinetes, que vayan bien vestidos, del caporal que apoya, así que se está implementando que haya un «show» más completo y todo se complemente en conjunto.

Narró que dentro del rancho La Misión se trata de que los toros siempre estén lo mejor posible, su cuidado es prioritario, una prueba de ello es que cuentan con un veterinario de planta, que cuida día, tarde y noche a los animales.

“Tratamos de que salgan a caminar, los cuidamos poniéndoles suero, vitaminas, de que siempre estén bien, en forma, después de un viaje es importante rehidratarlos; a los jinetes también tratamos de cuidarlos, porque hacen un trabajo excepcional, enfrentan a la muerte diario, con cada monta”, subrayó.

Figueroa agregó que es muy estricto en el cuidado de sus toros, pues invierte mucho en su alimentación y en sus complementos, por lo que considera que se eroga entre tres mil a cinco mil pesos al mes, depende del tratamiento que se le dé, si ocupa más medicamentos, algún alimento especial.

Igualmente los toros tienen horarios para comer, para reposar si hay viajes largos se procura que no se desgasten mucho y llegando al lugar se cuida que estén lo mejor posible durante su traslado.

Aseveró que mucha de la gente tiene una idea errónea de lo que es el jaripeo, por lo que siempre ha querido que sus eventos sean totalmente familiares.

“Gracias a Dios tenemos muchos seguidores niños, siempre tenemos mucha seguridad, tratamos que el público se la pasen de lo mejor y seguiremos trabajando para quitar la mala imagen de esta actividad”.

Antes de tener el citado rancho, Hugo Figueroa frecuentaba este tipo de espectáculos y un día, dijo: “yo haré un jaripeo a mi estilo, estoy buscando algo diferente y he podido transmitir lo que he querido de una manera amplia para que la gente lo conozca”.

Durante esta década en esto, ha incluido más novedades para que la audiencia tenga más opciones para ver y aunque empezó todo como un hobbie hoy en día sin duda es una de sus grandes pasiones.

Algo que desea es que el jaripeo se conozca más por las raíces mexicanas que implica y por esto quiere que se popularice así que como existe la charrería o el rodeo.

Afirmó que uno de los objetivos durante sus presentaciones no es llenar recintos, sino que quienes acudan se vayan satisfechos en esta cita con el jaripeo en el que hay 25 toros para montar y varios grupos musicales.

“Hemos innovado un poco al hacer que los toros sean de más estaturas, quitamos algunas trampas que había, como por ejemplo, antes el animal se pegaba en la salida del cajón para tumbar al jinete rápido, esto lo eliminamos de nuestras filas.

“Nuestros jaripeos los llamo más legales, tumbar un jinete tiene que ser parejo dar la oportunidad que ambas partes se defiendan”, indicó el también empresario, quien vive para el jaripeo.

Comentó que en esta localidad, en donde calculó habitan como 900 personas aproximadamente, que entre todos se consideran familia, él siempre se ha manejado solo, en compañía de su familia, sin depender de la fama de otra persona.

“Siempre hemos sido nosotros, buscando sueños que alcanzar, metas qué cumplir y rompiendo fronteras también, trabajo siempre para algo, ya sea algún bienestar o dar a conocer algo y lo hago con todo gusto, en este caso para el público”, concluyó.

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